Etiqueta: Construcción industrializada

La Construcción Industrializada: Por fin vino para quedarse

Construcción industrializada

Los arquitectos sabemos bien la cantidad de intentos, generalmente fallidos, que ha habido en relación con estos temas, desde hace ya varias décadas.

En España hubo varias experiencias, con mayor o menor impacto en el sector de la construcción, pero nunca terminó de consolidarse, por diversas circunstancias; el precio, la casi nula capacidad instalada y los problemas constructivos, sobre todo en los encuentros con otros materiales, no permitieron que la construcción industrializada se convirtiera en algo usual y recurrente a la hora de hacer realidad nuestros proyectos de arquitectura.

Pero ahora las circunstancias han cambiado notablemente; la escasez de mano de obra, su carestía por esta y otras circunstancias y la necesidad de limitar los interminables plazos de la gran mayoría de las obras, han hecho que el sector de la promoción inmobiliaria y de la construcción miren de nuevo hacia las bondades de la industrialización constructiva.

Asimismo, confluye algo fundamental para que esta forma de construir haya venido, ¡por fin!, para quedarse: la necesidad de encaminar todas las acciones que emprenda el hombre hacia la SOSTENIBILIDAD, hacia el cuidado del Medio Ambiente y, en definitiva, hacia un mundo menos contaminado, por lo tanto, más habitable, con menos desigualdades y mejor para todos.

Además, ya era hora de que nuestro querido Sector se adecuase a las actuales circunstancias, a la modernidad y a las nuevas tecnologías. Era y es una asignatura pendiente que tenemos que aprobar con la mayor celeridad posible. Aquella terrible frase de “construimos como en la época de los romanos” (y yo diría que, desde mucho, muchísimo más atrás), debe pasar definitivamente, a la historia.

Ahora bien, nuestra profesión, la Arquitectura y todos los que nos dedicamos a ella, tenemos la obligación de repensar nuestras formas de proyectar y de transmitir nuestras necesidades a las diferentes ingenierías. Esto va a implicar cambios sustanciales en los procesos de licitación y gestión para conseguir nuestros materiales y la introducción de constantes mejoras en los procesos de la ejecución de los distintos capítulos de nuestras obras.

Otro aspecto clave y fundamental, es el referido a nuestro capital humano. A las personas que, tanto en las fábricas, lugares de origen de esta nueva forma de trabajar, como en las obras, tenemos que dotarlas de una nueva mentalidad digital y darles formación de calidad sobre los nuevos procesos que exigen estas nuevas tecnologías.

Estas medidas, sin duda, repercutirán en una mejora sustancial de la productividad, término este apenas valorado hasta ahora, cuando hablamos de construcción.

Menor tiempo de realización de nuestras viviendas (con lo que esto va a repercutir en las cuentas de resultados de nuestras empresas promotoras), mayor calidad en la ejecución de la gran mayoría de las partidas (pues se hacen en fábrica, bajo magníficas condiciones de trabajo y tecnología) y un menor coste, sobre todo, en el momento que lleguemos a un determinado punto de economía de escala, harán que la construcción industrializada “haya venido para quedarse”, y parece que, por fin, definitivamente.

Los arquitectos nos hemos ido adaptando paulatinamente, desde un punto de vista proyectual, a las nuevas tecnologías. Así, son ya muchos, muchísimos los Estudios de Arquitectura que estamos adaptados al BIM (Building Information Modeling), que nos da una gran visión 3D, y que nos está permitiendo avanzar, a velocidad vertiginosa, en la realización de nuestros Proyectos de Ejecución, de forma ordenada e integral. Es gratificante, por otro lado, ver el interés que estas nuevas tecnologías digitales están despertando en las Administraciones Públicas.

Sin embargo, nuestra nueva forma de trabajar está teniendo graves dificultades cuando lo trasladamos al mundo de la ejecución de las obras: no nos acabamos de entender, porque, sencillamente, no hablamos en el mismo lenguaje. Y esto supone un grave problema, pero, ¿por qué se produce?

Principalmente, porque la inversión en el Sector de la Construcción es bajísima: 35 veces inferior a la media de inversión de otros sectores, como pueden ser el sector de las industrias o de los servicios. (INE 2014).

Ni que decir tiene que tenemos que avanzar en este terreno y hacerlo de manera sostenible e igualitaria. Sí, igualitaria, porque el actual modelo productivo del sector constructivo discrimina de manera clara a la mujer. Es imposible, en las actuales circunstancias, que se produzca una igualdad de género.

Ni que decir tiene que, además, personas con determinadas discapacidades, que podrían aportar mucho al sector, son rechazadas, pues, en infinidad de ocasiones, las condiciones donde se producen las obras no son las idóneas para una buena y justa política de inclusión social.

Después de la pronunciada crisis de 2008, donde cambiaron radicalmente los actores del mercado (aparecieron los nuevos “players”, como se denominaron entonces), hoy, tras la pandemia del COVID 19, nos enfrentamos a un escenario incierto y de consecuencias difíciles de predecir.

El negocio de la Promoción inmobiliaria, como todos los demás, va a sufrir, con seguridad, profundos cambios y habrá que estar muy atentos a ellos, para conseguir nuestros objetivos de rentabilidad.

Justo antes de esta devastadora situación, nuestro Sector ya daba muestras de cierta desaceleración: se vendían menos viviendas de obra nueva, se ralentizaba la subida de precios, así como la concesión de nuevas hipotecas. Se hablaba de etapa de consolidación, de ajuste, pero la verdad es que nuestro tradicional mercado de la vivienda daba muestras de agotamiento.

Como consecuencia de estas circunstancias, habían aparecido, con fuerza, nuevas alternativas para revitalizar el negocio, como era el BTR (Build to Rent), el Coworking, las Residencias de Estudiantes o el Coliving, entre otras.

Bien es verdad que otros subsectores, como el de oficinas o el logístico, seguían con un crecimiento moderado, sin apenas incertidumbres en el corto plazo.

Hoy no sabemos a lo que nos vamos a enfrentar, pero lo que sí es seguro es que, en España, seguirá haciendo falta la creación de alrededor de unos 100.000 hogares anuales. También, para un futuro inmediato, parece necesaria la creación de varios cientos de miles de viviendas dedicadas al alquiler.

 

Fernando Catalán de Ocón Cadenas

Director de Programas, Área Inmobiliaria Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM)

Modelo Industrializado vs Modelo Tradicional

Modelo industrializado vs modelo tradicional

Para poder comparar un modelo de construcción frente a otro, primero tenemos que aclarar cómo es cada uno de los modelos. Partiendo de lo que conocemos veremos las diferencias y entenderemos mejor el porqué de la introducción de un modelo nuevo o diferente.

 

¿CÓMO VENIMOS CONSTRUYENDO EN LA ACTUALIDAD?

El MODELO TRADICIONAL es aquel en el que se realizan todas las tareas necesarias para materializar los elementos de un edificio en el lugar del proyecto, esto es, “in situ”.

Estas actividades son ejecutadas por personas más o menos experimentadas a través de la información y formación recibida por sus antecesores, siendo un aprendizaje generacional que tiende a generar cierta improvisación y espontaneidad.

Esto, a su vez, hace que se avance poco en los materiales a utilizar y que se mantengan las mismas técnicas de construcción.

Pero cada vez son menos estas personas experimentadas que puedan trasladar su conocimiento a otras, así como los aprendices de oficios. Todo ello repercute en la calidad del producto final entregado y en la precisión y cumplimiento de los plazos de ejecución.

Una vez manifiestas las carencias del que venimos llamando “modelo tradicional”, aclaremos lo que se entiende por un MODELO INDUSTRIALIZADO: y es que, este modo de construcción surge para paliar las deficiencias que hemos comentado. Sería el resultado de la elaboración previa, organizada, cíclica y en serie de elementos que, con un montaje ordenado y continuo, den lugar a edificios completos, atendiendo a las exigencias de mercado, normas de calidad, habitabilidad y confort, resistencia y por tanto durabilidad y, cómo no, de aspecto y funcionalidad. Tiene por tanto dos fases: una primera sería la producción en serie en fábrica, es decir, “ex situ”, y una segunda fase de montaje.

Esto absorbe las deficiencias comentadas en el modelo anterior, mejora la calidad del producto final y garantiza precisión y cumplimiento de plazos. Pero para una mejor aclaración, podemos ejemplarizarlo con unas imágenes de cómo se ejecuta el mismo elemento en uno y otro modelo de construcción en diferentes fases de un edificio.

Una vez aclarado con imágenes, podemos citar las ventajas de qué conlleva un MODELO INDUSTRIALIZADO frente a uno TRADICIONAL:

El modelo industrializado no está sometido a imprevistos, los tiempos de diseño se pueden definir de forma más temprana porque los detalles constructivos vienen definidos por el sistema elegido, lo que hace, a su vez, que el ajuste presupuestario sea más sencillo.

De cara al usuario final, entre un edificio industrializado y uno tradicional, visualmente observará pocas o ninguna diferencia y se debe huir de idea preconcebida de falta de calidad de lo prefabricado, al contrario, lo que se hace en fábrica está expuesto a un mayor control de calidad, está en un entorno controlado y es ajeno a los condicionantes climatológicos de una obra “in situ”.

Es el mercado y la situación económica y social los que están conduciendo a este modo de construir, al MODELO INDUSTRIALIZADO.

 

Francisco Nisa González
Delegado de Edificación en Avintia Construcción

La industrialización de la construcción es una apuesta firme para alcanzar la eficiencia energética

Industrialización y eficiencia energética

La construcción sostenible, verde y eficiente ha comenzado a ganar protagonismo y se trata de una tendencia que ha llegado para crecer y consolidarse.

La tecnología ha cambiado la manera en que se diseñan y se construyen los edificios. En lugar de construir toda la estructura in situ, la construcción industrializada permite anticiparse a la obra, desarrollando gran parte de los procesos constructivos en un entorno industrial y automatizado.

De esta manera, la industrialización de la construcción facilita la evolución de los proyectos, reduce los tiempos de entrega de los activos y mejora la productividad y rentabilidad al emplear la mecanización y la automatización. Pero, además, y esto es fundamental, la construcción industrializada favorece la eficiencia energética y la sostenibilidad de los edificios, a lo largo de todo su ciclo de vida.

Si bien las ciudades y los edificios son piezas clave para ganar la batalla al cambio climático, la industrialización de la construcción ha sido un tema desatendido en los últimos años. Es momento de enfocar nuestros esfuerzos aquí, algo que podemos hacer gracias a las tecnologías ya existentes y a las que nos esperan en un futuro próximo. Se trata de un desafío al que todos los actores de la industria deberán hacer frente.

En este artículo, profundizaremos en este tema, y ahondaremos en la prometedora área para la innovación que se está abriendo en el sector de la construcción.

LA PARADOJA ENERGÉTICA

La demanda de energía mundial ha aumentado un 50% en los últimos 25 años, y se prevé un crecimiento del 50% más en 2050. A su vez, sabemos que el 85% de las emisiones de carbono provienen del uso de la energía. En consecuencia, debemos reducir las emisiones a la mitad y mejorar la eficiencia energética, para impedir un daño significativo e irreversible al planeta y evitar una catástrofe climática y energética.

No existen dudas de que la forma más fácil, económica, rápida y rentable de adoptar la energía sostenible es poder almacenarla y consumirla de forma inteligente. Para resolver el problema del cambio climático, tenemos que transformar nuestras ciudades y edificios. Esto requiere esfuerzos masivos desde los sectores públicos y privados, pero es posible con las tecnologías existentes.

Las ciudades son el cimiento de la descarbonización global por dos principales motivos.

Primero, consumen dos tercios de la energía mundial, y generan el 70% de las emisiones de carbono. Los edificios por sí solos generan el 33% (o el 50% si se incluye la industria de la construcción y la parte superior de su cadena de valor). Y, en segundo lugar, la urbanización está creciendo exponencialmente: se estima que en 2050 el 68% de la población vivirá en áreas urbanizadas, cuando el porcentaje actual es del 55%.

A su vez, la descarbonización de las ciudades y los edificios es un proceso tremendamente complejo. Debido a la diversidad de arquetipos y la fragmentación de la industria, se podría decir que se trata de un sector difícil de adaptar a los cambios que la agenda climática requiere, especialmente, con los plazos con los que se disponen. Ahora bien, en este caso, no se trata tanto de un tema tecnológico, sino de una cuestión de ajustar la cadena de valor y la organización de los procesos del sector.

LA CARRERA HACIA LOS EDIFICIOS CON CERO EMISIONES

Según el Acuerdo de París, todos los edificios deben generar cero emisiones en 2050 durante todo su ciclo de vida. Este objetivo generará una revolución en la industria de la construcción, que necesita repensar los edificios para alcanzar un óptimo rendimiento, al tiempo que adoptan materiales que generen cero emisiones.

Optimizar el rendimiento de estos edificios con cero emisiones se basará en tres premisas principales:

    1. En primer lugar, los edificios deberán volverse ultra-eficientes. La intensidad de energía promedio se sitúa en 150 kilowattshora por metro cuadrado por año, cuando el consumo óptimo sería de 50 kWh/m2/año.
    2. En segundo lugar, los edificios deben volverse totalmente eléctricos. Los sistemas de climatización por electricidad son notablemente más eficientes que los sistemas tradicionales, y altamente competitivos, especialmente cuando se asocian al aire acondicionado.
    3. Y, en tercer lugar, los sistemas tendrán que estar preparados para basarse en la generación de energía renovable local y trabajar con fuentes de energía propias, conectadas a redes eléctricas modernas y digitalizadas, para aumentar la resiliencia total del sistema.

En resumen, la digitalización es un facilitador clave de esta transformación, ya que redefine la manera en que producimos, distribuimos y consumimos la electricidad.

INDUSTRIALIZACIÓN Y EFICIENCIA ENERGÉTICA

Ahora bien, ¿de qué modo la industrialización de la construcción puede ayudar a lograr estos objetivos de sostenibilidad?

Para responder a esta pregunta, pondremos un ejemplo muy simple e ilustrativo. Piensa en los primeros GPS para el coche que salieron al mercado. Hace relativamente pocos años, éstos se conectaban con el encendedor del vehículo. Con el tiempo, han evolucionado hasta estar integrados en el propio proceso de diseño del coche hasta llevarlo de serie.

Pues lo mismo ocurrirá con las medidas de eficiencia y sostenibilidad en edificios. Gracias a la industrialización de la construcción, desde la fase de diseño se tendrán en cuenta soluciones de eficiencia energética que irán totalmente integradas en el proyecto final, y que ayudarán a propietarios y usuarios de los edificios a lograr grandes ahorros económicos y energéticos, con una sociedad cada vez más concienciada.

La industrialización de la construcción es un gran impulso para la edificación sostenible que, como hemos visto, es esencial para lograr cumplir con los objetivos del Acuerdo de París para evitar que el incremento de la temperatura media global supere los 1,5ºC respecto a la era preindustrial y alcanzar la neutralidad de las emisiones de carbono.

UNA TRANSICIÓN NECESARIA PARA REDUCIR LAS EMISIONES DE CARBONO

La integración de los edificios inteligentes en un ambiente urbano dinámico, la electrificación del transporte público y privado, y el desarrollo de la infraestructura de carga del vehículo eléctrico serán los pilares fundamentales para alcanzar los objetivos de la agenda climática.

Es necesario que las ciudades y los edificios adopten cambios de forma inmediata para que sea posible alcanzar las metas de descarbonización, y esta debería ser la principal prioridad para los sectores públicos y privados. Es algo que debe hacerse a escala, utilizando un enfoque integrado y digitalizado.

Esta será la ruta más eficaz para alcanzar las metas de eficiencia del sector y cumplir con los objetivos de sostenibilidad necesarios para el planeta.

Ahora bien, descarbonizar las ciudades y los edificios a escala requiere que redefinamos la visión del rol que tienen para el futuro. Y estamos convencidos de que esto es posible.

 

José Luis Cabezas
Vicepresidente de Home&Distribution de Schneider Electric España

Industrializar la construcción, una alternativa hacia la sostenibilidad

Industrializar la construcción

Hay evidencias suficientes indicando que, desde el sector de la edificación, no estamos haciendo bien las cosas. ¿Es lógico que nuestros edificios pesen mucho más que la sobrecarga que pueden soportar? ¿Es lícito que el 15% de los materiales que llegan a obra se conviertan directamente en residuo? ¿Es razonable que construir y habitar nuestros edificios consuma actualmente el 40% de la energía? Creo que estamos de acuerdo en que necesitamos cambiar nuestros modos de hacer en la edificación. No se trata de mejorar lo que sabemos hacer, sino de hacerlo de forma diferente, para así garantizar que en el futuro podamos seguir construyendo…

En ese horizonte, la industrialización aparece como un camino seguro, por ser el mismo que emprendieron tantos otros sectores productivos, para responder a las demandas socioeconómicas de su tiempo. Por Industrialización me refiero a la Fabricación de Componentes en taller, para su posterior Ensamblaje en obra. En otras palabras, desligar la producción del edificio del lugar donde éste se implanta.

Si miramos hacia atrás, éste ha sido un vector determinante en la evolución cualitativa de la arquitectura desde tiempos remotos, cuando la construcción no era más que una simple acumulación de materia prima. Visto desde esta perspectiva, ¿acaso los órdenes clásicos no suponen una racionalización constructiva mediante una lógica de piezas preestablecida? ¿No es acaso el despiece geométrico de la Estereotomía de la piedra, la invención técnica que impulsa la arquitectura Gótica y su impresionante programa constructivo en Europa? ¿No podríamos decir otro tanto de la incorporación del acero roblonado en la arquitectura, para poder afrontar el inmenso programa de las infraestructuras industriales de finales del s. XIX? Así pues, necesitamos armar ahora una respuesta contemporánea a una pregunta recurrente en el curso de la historia. Esa reacción episódica a una pregunta atemporal es el propio sustrato del Desarrollo Sostenible.

Pero si nos centramos aquí y ahora, bien podríamos refrendar la Industrialización del sector en contraste con los tres grandes vectores que parecen abarcar el término ‘Sostenibilidad’: el Social, el Económico y el Ambiental.

Desde un punto de vista SOCIAL, el marco de la construcción tradicional no es precisamente idílico. Tenemos un modelo basado en la subcontratación compulsiva, que se apoya finalmente en mano de obra básicamente autónoma y poco cualificada, trabajando intensivamente en obra en condiciones precarias. La industria fabricante se ha centrado en producir materiales cada vez mejores, pero implicándose apenas en su puesta en obra. El resultado de todo ello es una gran precariedad a todos los niveles: en las condiciones laborales, en la calidad de la edificación final, en la episódica ausencia o sobreabundancia de mano de obra disponible, en la absoluta carencia de “oficio” tradicional, en la ausencia de conocimiento especializado, etc. Al parecer, seguimos construyendo artesanalmente, pero sin artesanos… Todo el que ha tenido algún contacto con el sector, sabe bien de lo que estoy hablando. Así pues, reorientar la construcción hacia la fabricación y ensamblaje de componentes sería un buen modo de acabar con esa precariedad endémica. En definitiva, se trataría de propiciar un ecosistema de empresas fabricantes/instaladoras, capaces de vertebrar la Construcción -y la sociedad en general- tal como hacían los antiguos Gremios de los Oficios tradicionales.

Desde el punto de vista ECONÓMICO, aunque los precios de la construcción pueden considerarse moderados comparados con los del suelo -ese sería otro expediente aparte-, la tremenda fluctuación de los costes al alza o a la baja según la coyuntura, distorsiona cualquier previsión a largo plazo, imponiendo la dinámica del “aquí te pillo y aquí te mato”, que no hace más que agravar las cosas. Por otro lado, hoy la inversión en construcción es centrífuga, dado que los materiales y productos normalmente llegan desde muy lejos y no digamos ya la mano de obra. Un proceso de industrialización dotaría al sector de mayor consistencia económica, permitiéndole actuar como un estabilizador contra cíclico. Además, la producción industrial propiciaría un aumento exponencial de la calidad y la optimización de los plazos de ejecución sin mayor sobrecoste, simplemente racionalizando el ritmo de la producción. Finalmente, sabemos que los componentes industriales de la edificación, dados los costes de transporte que implican su tamaño y peso, tienden a fabricarse cerca del lugar de construcción. Eso garantiza que la inversión del edificio acabe beneficiando al tejido industrial local, que es el que da empleo y paga impuestos en su propia comunidad.

Desde una consideración AMBIENTAL, hemos avanzado ya algunos datos significativos sobre los desajustes que implica el modo que tenemos de construir y concebir nuestros edificios. En este sentido, la industria lleva ya tiempo ajustando sus procesos bajo requerimientos ambientales, por lo que en sí misma es un instrumento más conveniente que lo que normalmente ejecutamos “in situ”. Además, hemos podido comprobar cómo la calidad de algunas soluciones industrializadas consigue directamente altas prestaciones, que de otro modo supondrían un coste muy elevado, como, por ejemplo: la total supresión de puentes térmicos, el aumento de amplitud de los vanos estructurales, la obtención de perfectos acabados de serie, etc. Todo ello comporta ahorros directos de materia prima y evita cualquier residuo a lo largo del proceso. Además, la producción en fábrica permite caracterizar bien los componentes, mediante un registro completo de los materiales y procesos que los han conformado. Esto es esencial, porque asienta las bases para la puesta en marcha de una economía circular en el sector. Podemos considerar los edificios de hoy como bancos de materia – les para el futuro, porque modelizando la información que contienen sus partes, podrán ser reutilizados con garantías y reactivar así su valor económico. Pensando un poco en todo ello, nos daremos cuenta de las profundas transformaciones y escenarios nuevos que abrirá esa Economía Circular aplicada a la construcción.

Por otro lado, España cuenta con un nutrido parque de industrias que producen componentes, aptas para la edificación o casi. Ese es un contexto propicio para la industrialización de la edificación y a la vez un estímulo para todo ese tejido industrial, que creció con la ejecución de las infraestructuras y que podría tener en la edificación un nuevo campo de acción.

Llegados a este punto, podemos preguntarnos: ¿cómo es posible que hayamos llegado hasta aquí? ¿Qué circunstancias están provocando este desajuste? Aunque las respuestas no son sencillas, tienen que ver con el hecho de que la construcción es esencialmente reaccionaria frente a los cambios- y con ella también la arquitectura, aunque tanto nos cueste admitirlo a los arquitectos-; el conjunto no decidirá cambiar hasta que no tenga más remedio que hacerlo. De hecho, el contexto legal vigente tiende a perpetuar este modelo actual y muy concretamente la Ley de Contratos del Estado, que lo cristaliza en la práctica diaria. Pero quizás estemos muy cerca ya de ese momento en el que cambiar se hace inevitable y las cosas basculan rápidamente por el mero efecto de su propio peso.

 

Felipe Pich-Aguilera Baurier
Doctor arquitecto. Co-fundador de Picharchitects/pich-aguilera

Teresa Batlle Pagés
Arquitecta. Co-fundadora de Picharchitects/pich-aguilera

Del porqué del auge del btr y cómo puede impulsarlo la construcción industrializada

Build to rent en la construcción industrializada

España es un país de modas, el sector inmobiliario no es ajeno a ellas pero, ¿el auge que estamos viviendo de la vivienda de alquiler obedece a una moda o realmente estamos ante un nuevo producto y ciclo inmobiliario?

En el Real Estate parece que está todo inventado, llevamos siglos haciendo lo mismo, la vivienda en alquiler no es nueva ni es la primera vez que se convierte en la protagonista del sector inmobiliario. Llevaba tiempo pidiendo su hueco en el sector y ahora en un mercado post-covid parece que incluso es una prioridad para las administraciones públicas. Analicemos el mercado inmobiliario para obtener conclusiones a este respecto:

    • Los indicadores señalaban ya incluso en septiembre del año pasado que los precios de venta de obra nueva habían alcanzado ya los límites de este ciclo.
    • Gran parte de la demanda es incapaz de acceder a su primera vivienda o a rotarla en los márgenes anteriores y más ahora en un panorama de incertidumbre como en el que nos encontramos.
    • Esta demanda no satisfecha, que no puede acceder a la compra, en parte se dirige al alquiler (actualmente el sobre apalancamiento bancario no es posible, hemos aprendido la lección de la crisis pasada). Como consecuencia directa, el alquiler lleva viviendo un periodo inflacionista importante sobre todo en el último año, y sobre todo en grandes ciudades.
    • La vivienda protegida es inexistente puesto que los costes de construcción hacen que no sea rentable su promoción y no ha habido ayudas por parte de las instituciones en este sentido.
    • Los costes de construcción, además de ser elevados, crecen de forma desigual por regiones y tipologías, por lo que son difíciles de prever en los planes de negocio. Actualmente, tras el covid, ¿podemos asegurar que bajarán los precios de construcción?, ¿Cuánto? Seguimos estando en una zona de clara incertidumbre.
    • La falta de mano de obra cualificada hace que fallemos en los costes, en los plazos de entrega y sobre todo en la calidad de lo que se construye.
    • Además de todo esto, debemos asumir de forma enérgica que un cambio de mentalidad ha venido para instalarse en nuestra sociedad, y no sólo en los jóvenes. Es de esperar que grandes cambios sociológicos se implanten en nuestra forma de vida tras pasar un periodo único y radical como el que hemos sufrido.

La nueva demanda emergente entiende la vivienda como algo eventual y deslocalizado, encuentra en el alquiler su forma de vida ideal.

De todo esto surge el escenario adecuado para el auge que vivimos del Build to Rent (BTR). No es una moda, es una realidad. Pero no nos quedemos ahí, profundicemos algo más. ¿Realmente con los costes de suelo actuales, en las ubicaciones idóneas para el alquiler y los costes de obra convencionales creemos que hay margen para el BTR tal y como lo entendemos en vivienda libre?, además, ¿Es viable reconvertir proyectos destinados a la venta en alquiler y salir airoso con nuestros inversores? En mi opinión, lo tenemos complicado. Llegamos al concepto que realmente queremos transmitir como una de las soluciones posibles a la situación actual del mercado del alquiler y es el BTR, sí, pero de vivienda “Asequible”.

Vamos a entrar de lleno, por tanto, en las posibilidades que tenemos reales de desarrollo de este producto inmobiliario.

SIN LA INTERVENCIÓN DE LAS INSTITUCIONES PÚBLICAS, NINGUNO. ASÍ DE SENCILLO.

Dos son las claves para el éxito de este producto, y las dos tienen que ver con los costes. El suelo y la obra. Los ingresos son sencillos, siempre que hablemos de “asequible” debemos pensar que va dirigido a la clase media que sustenta el país, por encima de los precios de vivienda protegida y por debajo del mercado actual. Pero ¿qué hacemos con el suelo y la obra? Vamos a hablar por tanto de la intervención de las administraciones, ya sean municipales, autonómicas o estatales. Tienen dos posibilidades para intentar solventar el problema de la vivienda en alquiler: intervenir directamente en el mercado privado regulando los precios de alquiler libre, (nos encontramos casos con resultados nefastos en este sentido como la ley Mietpreisbremse aprobada en Alemania en 2015 y que provocó un efecto contrario con la retirada de la oferta por parte de los privados ante el miedo a la sobre legislación y por tanto creando una subida de precios paralela a la oficial), o regular precios del mercado libre gestionando el patrimonio público, poniendo más vivienda en el mercado, aprovechando el patrimonio de las administraciones.

Obviamente, creemos firmemente en lo segundo. No hay nada más efectivo que poner a disposición del mercado viviendas reguladas, sobre patrimonio público, para que el patrimonio privado experimente un aterrizaje suave y adecuado a las nuevas circunstancias del mercado, mayor oferta. Por tanto, SÍ a la intervención de las administraciones públicas, pero solventando el primero de los problemas: el suelo.

SUELOS DEMANIALES (CONCESIONES) Y SUELOS PATRIMONIALES PÚBLICOS (DERECHOS DE SUPERFICIE) EN POSESIÓN DE LAS ADMINISTRACIONES PÚBLICAS COMO SOLUCIÓN AL PRIMERO DE NUESTROS PROBLEMAS.

Las administraciones poseen suelos destinados a dotaciones públicas, procedentes de cesiones normalmente, en las mejores ubicaciones si hablamos del alquiler y muchos de ellos en desarrollos urbanísticos donde tienen cubiertas todas las necesidades de equipamiento, ya sea deportivo, educativo, etc. ¿No es una necesidad para los vecinos de un municipio el poder tener acceso a una vivienda?, ¿no sería lógico que, en zonas donde tienen cubiertas las necesidades básicas de servicios, se pudieran desarrollar viviendas en régimen de alquiler a precios asequibles y que después de un periodo de concesión retornara el activo de nuevo a la administración para seguir dándole uso al servicio de sus ciudadanos?

La garantía constitucional del disfrute de una vivienda digna y adecuada, como responsabilidad compartida de todos los poderes públicos, se ha venido procurando durante los últimos años mediante distintas políticas sociales. Su artículo 47 recoge expresamente que “Todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho. La comunidad participará en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos”.

Existen mecanismos urbanísticos y legislativos suficientes, como así además lo están promoviendo en muchos ayuntamientos, que pueden y deben proveer de suelo a este tipo de iniciativas público-privadas enfocadas a la vivienda en régimen de alquiler.

LA CONSTRUCCIÓN INDUSTRIALIZADA, SOLUCIÓN A NUESTRO SEGUNDO PROBLEMA

Resuelto el primer problema por tanto del suelo, poniendo a disposición de los agentes privados los suelos públicos en concesión o mediante derechos de superficie, deberíamos ser capaces de atajar los costes de obra.

Los estándares de calidad y sostenibilidad global que actualmente tenemos, los que vienen recogidos en el nuevo CTE, además de la responsabilidad social corporativa que, como promotores tenemos, hace que, en un entorno como el actual, la construcción tradicional al igual que los suelos libres privados mantengan el BTR fuera de márgenes en términos de rentabilidad y plazos.

En un entorno como el descrito anteriormente, el segundo de los problemas sólo puede ser resuelto, en nuestra opinión, bajo el paraguas del proyecto y construcción industrializada.

Entendemos el BTR actualmente viable bajo el prisma de una construcción industrializada de calidad. En fábrica la mano de obra cualificada necesaria es eminentemente menor, los costes de obra se mantienen constantes y sólo son susceptibles a las fluctuaciones en los materiales, eminentemente menores que las fluctuaciones que sufrimos en la mano de obra en la construcción tradicional, una reducción de plazos que lógicamente redunda en una pronta puesta en carga del activo y por último y más importante la necesidad absoluta de diseñar, desde el proyecto, productos específicos para el BTR. Debemos industrializar desde el proyecto, sus volúmenes, materiales, calidades y soluciones constructivas.

Todas ellas deben ir dirigidas eminentemente a reducir a la mínima expresión los costes de construcción iniciales, el plazo de ejecución y más importante aún, los costes de mantenimiento y rotación.

Llegados a este punto, resaltando el mercado del alquiler asequible como solución habitacional al problema de la vivienda actual mediante la intervención de los poderes públicos en el mercado inmobiliario con los instrumentos que les procura la ley, esto es mediante la colaboración público-privada, y de cómo podemos resolver el problema de los costes mediante la industrialización del proyecto y la obra, nos gustaría cerrar el círculo con algún comentario al respecto de las rentabilidades esperadas.

Un negocio que no sea rentable nunca podrá ser desarrollado desde el sector privado, esto es una máxima inamovible.

Si logramos hacer entender a las administraciones que el objetivo real de estas iniciativas no es la vivienda social, sino la vivienda asequible destinada a la clase media habremos dado un paso de gigante en la solución del problema. Es cierto que nos movemos en márgenes estrechos en cuanto al coste mensual disponible y que probablemente no en todos los municipios funcione, pero es necesario poner en  sintonía a todos los agentes intervinientes para que entiendan el negocio y el producto y poder así desarrollarlo convenientemente, un producto como el alquiler, intensivo en capital, se materializa con la intervención importante de la financiación comercial bancaria, así como de recursos propios por supuesto, pero no podemos olvidar que la figura del comprador final, explotador del producto terminado que puede ser el propio promotor o un tercero se transforma en la clave absoluta de todo este proceso.

¿Está el mercado financiero preparado para este tipo de negocio? Tenemos un largo camino que emprender, los bancos creemos que si lo están y las posibilidades de negocio son amplias, pero, ¿qué pasa con el resto de agentes intervinientes? Inversores, fondos de pensiones, aseguradoras…

¿Serán capaces de sumarse a este negocio con concesiones o derechos de superficie a 40 ó 50 años y a qué tipo de TIR triple neta? La respuesta a esta pregunta, clave absoluta de todo, es a la que tenemos que ser capaces de dar respuesta.

 

Roberto Campos
Director General de Avintia Inmobiliaria

Construcción Industrializada y hormigón arquitectónico, una unión eficiente y sostenible

Construcción industrializada y hormigón arquitectónico

En la construcción tradicional el hormigón está presente principalmente en las estructuras, elemento fundamental en la sustentación y estabilidad del proyecto.

Actualmente, con la llegada de la construcción industrializada, las mejoras productivas, el desarrollo de nuevos tipos de hormigón y los nuevos procesos innovadores para el tratamiento de superficies, el hormigón arquitectónico surge como un nuevo protagonista de la arquitectura mundial.

Hasta ahora el hormigón arquitectónico llegaba a la obra en la fase de finalización del proyecto, conllevando todo el trabajo, dificultades de mano de obra e ineficiencias que esto implica. Ahora es posible realizar la construcción industrializada de un proyecto donde el hormigón arquitectónico ya es parte de las estructuras de la obra.

Ventajas:

    • La producción ser realiza en instalaciones fijas, con estricto control de la calidad.
    • Permite la producción automatizada y eficiente, ganando escala y reduciendo desperdicios.
    • Los tiempos de obra se reducen notablemente y pueden ser más controlados porque las condiciones de trabajo son reguladas, sin factores naturales que la afecten.
    • El uso eficiente de las materias primas y la energía de producción resulta en un proyecto sostenible, con reducción de emisiones y desperdicios.
    • Como resultado, todo esto lleva a una consecuente reducción de costes.

Los acabados realizados en hormigón arquitectónico tienen como características principales la alta resistencia a la abrasión y comprensión (superiores a 45 Mpa), permiten una gran variedad de colores y texturas, y posibilitan hacer realidad los más variados proyectos. Estos diseños exclusivos y elegantes son muy valorizados por el consumidor y como consecuencia valorizan la obra en todo su conjunto, aportando rentabilidad y elegancia.

Actualmente es posible lograr volumetrías, texturas y colores muy diferentes de lo hasta ahora conocido en el mercado, generando una gran oportunidad para los profesionales de la arquitectura y el diseño de crear y sorprender con proyectos únicos y con mucha personalidad.

Sostenibilidad del hormigón arquitectónico aplicado en la construcción industrializada:

Esta solución constructiva está en sintonía con las actuales necesidades de construir de forma sostenible y esto se consigue porque:

    • Los recursos y materias primas utilizadas en un ámbito industrial son perfectamente controladas permitiendo la disminución de residuos, recortes y sobras.
    • El hormigón arquitectónico posee acabados que sustituyen materiales de mayor impacto ambiental, como ser las líneas inspiradas en la madera, en el acero corten, en mármoles y granitos, y en muchos otros materiales hoy muy escasos o costosos.
    • El mantenimiento de este hormigón consume muchos menos recursos durante la vida útil del material. Ejemplo: una madera en el exterior debe recibir mantenimiento a cada 1 o 2 años y, para el hormigón, eso no será necesario.

En los últimos años podemos observar una evolución acelerada en la tecnología del hormigón, y en especial en la producción del hormigón arquitectónico que tiene como objetivo el revestimiento y el acabado de las superficies, tanto sean verticales como horizontales. En esta evolución se destaca la gran reducción en el consumo de cemento por cada metro cúbico de hormigón mediante el uso de aditivos y adiciones, las nuevas técnicas de mezclado, evolución de los estudios de granulometrías y las modernas técnicas para el curado eficiente.

Hormigón arquitectónico fotocatalítico (Denox)

El hormigón arquitectónico es posible producirlo con un tratamiento superficial fotocatalítico conocido como Denox (degradación de los NOx).

En las áreas metropolitanas el problema de la polución del aire es una de las más graves amenazas a la calidad de vida de sus habitantes. En general son los automóviles los principales causadores de esta polución la cual está compuesta principalmente por óxidos y dióxidos de nitrógeno (NOxs)

La tecnología Denox en el hormigón posibilita la reducción de hasta un 45% de estos agentes nocivos transformándolos en substancias benéficas para la Naturaleza como son los nitratos (fertilizantes). La mayor eficiencia se consigue en ambientes de gran concentración de contaminación con NOx como los grandes centros urbanos.

Colores del Hormigón Arquitectónico:

En la coloración de este hormigón se utilizan exclusivamente pigmentos inorgánicos y los más utilizados son los óxidos de hierro. Estos óxidos son los responsables por los colores que encontramos en la Naturaleza mineral. Las posibilidades de tonos van desde los amarillos, pasando por los beiges, rojos, marrones y llegando hasta el negro.

La gran ventaja de este tipo de pigmentos es su resistencia a la intemperie y a los rayos UV del sol. Los colores no van a sufrir ninguna alteración durante la vida útil del producto.

Texturas:

Las nuevas tecnologías permiten la elaboración de las texturas más diversas. Desde una superficie totalmente lisa y suave, sin ninguna imperfección, hasta acabados rústicos con estructuras fuertes, aleatorias y sin repeticiones. Y completando la gama de opciones con muchas alternativas intermedias como ser superficies tipo travertino, con agregados expuestos, con superficies pulidas, cepilladas o granalladas.

Formatos:

En la construcción industrializada podemos aplicar el hormigón arquitectónico a posteriori de la fabricación de las placas estructurales, o fabricar estas estructuras ya con los acabados arquitectónicos desde el inicio. La elección del método a utilizar dependerá de muchos factores vinculados a los procesos de producción y a los formatos elegidos.

Estos formatos van desde pequeñas piezas tipo ladrillos, hasta placas de grandes dimensiones. Y las opciones atienden todos los estilos arquitectónicos, desde lo rustico hasta lo geométrico y contemporáneo, con líneas rectas y ángulos marcados.

Algunos de estos formatos poseen gran volumetría generando efectos de luz y sombra diferentes en cada momento del día y la noche.

Un complemento indispensable, la iluminación

Todas estas características del hormigón, sus colores, formatos, volúmenes y texturas tendrán siempre una posición de destaque si se realiza una correcta iluminación.

Especialmente con las nuevas técnicas a base de led es posible realizar variados efectos que realzan y dan personalidad al proyecto, tanto en ambientes externos como internos. La profundidad, rugosidad y volumetría se ven aumentadas y ganan en elegancia y exclusividad.

Resumen

La construcción industrializada con la aplicación del hormigón arquitectónico es una opción moderna, que respeta el medio ambiente y brinda un resultado estético y técnico incomparable.

 

GABRIEL BERTOLACCI
CEO Castelatto

Industrialización y necesidad de vivienda de protección

Industrialización y vivienda de protección

En mundo cuenta con 7550 millones de habitantes, y más de la mitad de todo ellos ya viven en las ciudades. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas, se espera que el número de habitantes en las ciudades para 2050 se duplique. La concentración de la población en las ciudades es una de las principales tendencias demográficas en todo el mundo, también en nuestro país, y supondrá inevitablemente grandes transformaciones a las que tendremos que hacer frente en las próximas décadas.

El crecimiento y la concentración demográfica en las zonas urbanas plantea varios desafíos de sostenibilidad relacionados con el medio ambiente, la alimentación, la sanidad, el trabajo, y sobre todo con la vivienda y los servicios dotacionales. Estos desafíos a pesar de la complejidad que conllevan, suponen también un gran nicho de oportunidades, y pueden convertirse en una herramienta crítica para el desarrollo sostenible, si se gestiona de la manera adecuada.

La construcción de viviendas sostenibles que permitan alojar a los flujos migratorios que continuamente reciben las ciudades, es una de las principales necesidades latentes. Para alcanzar una solución, será necesaria la disposición de suelo finalista por parte de las administraciones públicas, mediante planes de vivienda social. Pero también será necesario un sistema de construcción ágil, eficiente y sostenible, como la construcción industrializada, que permita edificar el número de viviendas sociales necesarias.

 

La construcción industrializada para un futuro sostenible

La construcción industrializada es la evolución de los procesos de construcción hacia un modelo más racional, económico y sostenible. La utilización de nuevos materiales, y las posibilidades que ofrecen estos procesos son claves para los retos demográficos del futuro, ya que nos permitirán disponer de viviendas sostenibles y de calidad, de una manera rápida.

La fabricación de piezas, paneles, módulos, y otros elementos de construcción de una manera industrial permiten reducir los tiempos de ejecución de las obras en más de un 50% con respecto a la construcción tradicional. Esta aceleración del proceso, en cambio, no repercute en la calidad de las construcciones. Al contrario, los procesos industriales cuentan con un control de calidad minucioso, y los márgenes de error quedan reducidos al mínimo, por lo que la calidad de las viviendas industrializadas es mayor que la de las viviendas tradicionales construidas con los mismos materiales.

En cuanto a la sostenibilidad y el impacto ambiental, la construcción industrializada permite mejorar las condiciones en varios aspectos. La generación de residuos es mucho menor en los procesos industriales, los residuos reciben un mejor tratamiento, y el aprovechamiento de los materiales es mayor. Además, los desplazamientos también se reducen, y en consecuencia ocurre lo mismo con el gasto energético. La construcción industrializada permite incorporar la eficiencia energética de forma natural en las construcciones, implementando sistemas de aislamiento y energías renovables en los edificios, que los convierten en viviendas sostenibles.

Por lo tanto, además de reducir los plazos, la construcción industrializada permitirá contar con viviendas sostenibles, y modernas, otro de los retos de las nuevas administraciones.

 

Smart Cities para afrontar los retos

Los procesos de urbanización pueden convertirse así en un factor clave para lograr un desarrollo sostenible, gracias a los nuevos procesos de construcción industrializada que permiten planificar, diseñar, y desarrollar las ciudades de una manera mucho más eficiente y ecológica. Estas nuevas formas de construir facilitan además la integración de las nuevas tecnologías, permitiendo convertir a las Smart Cities en ciudades realmente inteligentes desde el corazón de cada uno de sus edificios, tanto si son parte de un centro de negocios como si pertenecen al parque de vivienda social. Así, se abre la puerta a innovaciones que repercutirán no solo en la calidad de vida de los residentes, sino que tendrán un impacto positivo sobre todos los aspectos de la ordenación urbana, mejorando la movilidad y las comunicaciones mediante las nuevas tecnologías y el Internet de las cosas. Las Smart Cities serán inteligentes desde sus cimientos.


Quizás te puede interesar:

    • Construcción industrializada: ¿Optimización o transformación?
    • Blockchain aplicado al sector constructor-inmobiliario
    • Materiales Fotocatalíticos en fachadas
    • La digitalización de los procesos en Industrialización de la construcción: una revolución que ya no espera

Las posibilidades de mejora son infinitas, la construcción industrializada supone una herramienta aventajada para poder implementar esas mejoras ajustándose a las exigencias de plazos, economía, e impacto ambiental que requiere el futuro. La necesidad de construir viviendas sociales y viviendas sostenibles será cada vez mayor, pero afortunadamente la tecnología cuenta con procesos capaces de dar respuesta a esas necesidades.

Las ciudades tendrán que continuar siendo el motor de la innovación para lograr un impacto duradero en las comunidades, que garantice que “nadie y ningún lugar” se quede atrás. La vivienda social de alta calidad y edificada mediante la construcción industrializada se perfila como indispensable para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible para el milenio, y el bienestar global en las ciudades.

Método Just-in-Time en la construcción

Método Just in Time en la construcción

La construcción industrializada está cambiando la forma en la que construimos nuestras viviendas y ciudades. La innovación y los nuevos sistemas de construcción permiten edificar de manera más eficiente gracias a los avances tecnológicos y a los sistemas racionales de producción. Sin embargo, aún hay un amplio margen de mejora en la aplicación de la construcción industrializada en nuestro país, las innovaciones tecnológicas deben ir de la mano de un cambio en la filosofía de trabajo, de tal modo que los sistemas y las formas de producción se adapten realmente a las tecnologías disponibles para sacar el máximo provecho a construcción industrializada.
El sistema Just-in-time es uno de los modelos a seguir que podría mejorar significativamente la organización de la producción, permitir a la industria seguir profundizando en su camino hacia la modernización.

Sistema Just-in-time

El sistema Just-in-time se trata de una forma de organización que persigue aumentar y mejorar la productividad de las fábricas. A pesar de ser conocido por su nombre en inglés, se desarrolló inicialmente en Japón, y su traducción en castellano es “justo a tiempo” o “en el momento oportuno”.

La filosofía sobre la que descansa el sistema es, como su propio nombre indica, la organización de la producción para conseguir que los elementos se fabriquen justo en el momento necesario, sin generar excedente, y ahorrando costes de producción y almacenamiento.
El método Just-in-time parte de una planificación detallada con tareas sucesivas para que los diferentes elementos que componen la obra, como pueden ser los paneles industrializados, lleguen en el momento oportuno para ser montados. Con este método la obra se convierte en una línea de montaje y permite reducir al máximo el acopio de materiales (stock), el desperdicio, e incluso el personal necesario. De este modo se reducen los costes de gestión y las pérdidas ocasionadas por las acciones innecesarias, ya que no se produce en función de la capacidad de la fábrica, sino en función de los pedidos pendientes.

En definitiva, se puede resumir el objetivo del Just-in-time como lograr la producción de justo lo que se requiere, cuando se necesita, con excelente calidad y sin desperdiciar recursos del sistema.

El sistema Just-in-time supone un gran cambio en la filosofía de trabajo, e incide en la construcción industrializada no sólo a través de la mejora y el control de la fabricación, sino que también implica el diseño de los productos, los recursos humanos, los sistemas de mantenimiento, la calidad de los productos, y las relaciones con los proveedores. Se trata por tanto, de un sistema que tiene un impacto global sobre la forma de funcionamiento de las empresas industrializadas.

Aplicar el Just-in-time a la construcción industrializada en nuestro país.

La construcción industrializada supone una evolución con respecto a los métodos tradicionales de construcción, y la aplicación del sistema Just-in-time le agrega aún mayores ventajas, como la reducción del tiempo de fabricación, la mejora de la calidad, una menor probabilidad de accidentes, la reducción del stock, la mejora de la rentabilidad, etc. Pero ¿es realmente aplicable un sistema desarrollado en el seno de la cultura japonesa a la construcción industrializada en nuestro país?

El sistema Just-in-time se desarrolló a través de un largo proceso de prueba y error durante más de 15 años en Japón, y aunque estuvo muy influenciado por la cultura de trabajo nipona en sus inicios, a partir de la crisis de los años 80 comenzó a ser implantado con éxito en varios países occidentales, como los Estados Unidos de América.

A pesar de que hasta entonces el modelo Just-in-time se considera irremediablemente ligado a las tradiciones culturales y sociales de Japón, finalmente quedó demostrado que su aplicación es viable de forma exitosa en países con diferentes características socio culturales, como es el caso de nuestro país.


Quizás te puede interesar:

  • Construcción industrializada: ¿Optimización o transformación?
  • Blockchain aplicado al sector constructor-inmobiliario
  • Materiales Fotocatalíticos en fachadas
  • La digitalización de los procesos en Industrialización de la construcción: una revolución que ya no espera

En España existen algunas experiencias iniciales con las técnicas de producción Just-in-time, aunque su implementación de forma consolidada en la construcción industrializada implicaría un cambio en los principios y técnicas que sostienen en la actualidad los sistemas de producción. Sin embargo, la modernización y las ventajas que supone este método de organización pueden ser la clave para continuar avanzando hacia una industria de la construcción cada vez más eficiente y rentable.

Mediante un esfuerzo consciente por cambiar las formas tradicionales de organización, este método puede ser plenamente viable en las empresas de nuestro país.

MONOBATH, el baño industrializado con la calidad y garantía PORCELANOSA

Baño industriaizado de calidad

En la actualidad, el sector constructor-inmobiliario se enfrenta a nuevos retos derivados de las condiciones actuales del mercado. Entre ellas, la mayor exigencia en calidad se combina con plazos de entrega más cortos y una menor disponibilidad de mano de obra especializada. Ante esta situación, el desarrollo de nuevas soluciones constructivas y la aplicación de procesos industriales, como la utilización de elementos prefabricados, se convierte en una necesidad.

A pesar de los grandes avances experimentados en el sector de la construcción, hay partidas, como la construcción de cuartos de baño, que siguen ejecutándose de forma totalmente artesanal. Este sistema limita la incorporación de nuevos materiales e impide la mejora de los procesos productivos. Si analizamos cómo han sido resueltos estos problemas en otros mercados, la utilización de baños industrializados pasa a ser una opción a tener en cuenta.

PORCELANOSA responde a esta necesidad poniendo en marcha el proyecto MONOBATH. Este sistema constructivo consiste en cuartos de baño industrializados, con todos sus componentes completamente instalados, listos para ser colocados directamente sobre el forjado y ser conectados a las diferentes redes de electricidad, agua, saneamiento y ventilación. Todo ello sin mermar la calidad en los acabados ni la atención al cliente y sumando una mejora en el control y trazabilidad del proyecto. .

Este proceso de externalización, en el que la gestión de todos los oficios relacionados con la construcción de cuartos de baño se realiza fuera de la propia obra, ofrece múltiples ventajas, liberando a la dirección de obra de una importante carga de trabajo, reduciendo plazos de ejecución y asegurando fechas de entrega. Este sistema ofrece total libertad de diseño, adaptando todos los elementos del baño a las necesidades del proyecto y desarrollando soluciones técnicas tanto para producciones grandes como pequeñas. La única limitación es el tamaño máximo que admite el medio de transporte.

La estructura de los baños MONOBATH se caracteriza por su resistencia. A partir de una base de hormigón armado se construye una estructura de perfiles de acero galvanizado realizada con tecnología Steel Framing. Ésta combina fuerza y ligereza y, si el proyecto no indica lo contrario, no se considera como estructura portante.
Dada la presencia continua de agua en este tipo de espacios, la base del módulo se suministra completamente impermeabilizada, lo que, unido al revestimiento cerámico del suelo, la protege contra cualquier fuga o filtración de agua. Además, para facilitar su instalación, cada módulo se entrega montado sobre soportes de neopreno que garantizan un correcto aislamiento acústico y permiten compensar eventuales irregularidades del soporte.

Esta estructura se cubre, tanto en paredes como techo, con los paneles de yeso laminado o cemento reforzado con fibras que mejor se ajusten a las especificaciones del baño, sobre todo en lo referente a la resistencia al contacto con el agua y al aislamiento acústico. Si el proyecto así lo específica, se puede mejorar el aislamiento acústico y térmico.

MONOBATH incluye todas las instalaciones eléctricas e hidráulicas necesarias para el funcionamiento del baño e incluso, calefacción por suelo radiante. Dada su gran importancia en el funcionamiento del mismo, su ejecución se lleva a cabo según las normas exigibles y es realizada por parte de personal especializado, aplicándose los más rigurosos controles de calidad.

Por otro lado, dado que estos baños tienen que transportarse y manipularse hasta su posición final en la obra, se tiene un especial cuidado en el embalaje y protección del módulo hasta su entrega al cliente. Éste se envuelve con una lámina de polietileno y refuerza con elementos de protección. En esta línea, MONOBATH se suministra completamente cerrado, con una puerta provisional atornillada al premarco para garantizar que el baño no sufra ningún desperfecto hasta su puesta definitiva en obra.


Quizás te puede interesar:

  • Construcción industrializada: ¿Optimización o transformación?
  • Blockchain aplicado al sector constructor-inmobiliario
  • Materiales Fotocatalíticos en fachadas
  • La digitalización de los procesos en Industrialización de la construcción: una revolución que ya no espera

La puesta en servicio de todos los materiales utilizados corre a cargo de profesionales con amplia experiencia en la colocación de cerámica y complementos de baño. Así, en un espacio controlado de trabajo, utilizando solo los materiales de colocación recomendados por el fabricante y con los mejores profesionales del sector, se consiguen cuartos de baño industrializados, con gran calidad y diseño. Lo que repercute en una necesidad de servicio de post venta que se reduce, o prácticamente se elimina.

Asimismo, disponer de un solo interlocutor para una parte de la construcción, en la que intervienen tantos oficios y que juega un papel fundamental en el diseño y decoración de un edificio, es una gran ventaja que libera tiempo y energías.

El objetivo de MONOBATH es apoyar la evolución del sector de la construcción y promoción inmobiliaria con soluciones industriales que reducen plazos de entrega, ajustan costes y crean más valor para el cliente. Una apuesta de futuro para la construcción de hoy.

 

JOSE FENOLLOSA
Gerente de Butech.
Empresa de Porcelanosa Grupo

El uso de la metodología BIM en la construcción industrializada

Metodología BIM construcción industrializada

A lo largo de la historia hemos vivido diferentes revoluciones industriales, la Primera Revolución Industrial tuvo lugar en el siglo XVIII y desencadenó en un proceso de transformación económico, social y tecnológico marcando un punto de inflexión en la historia, la producción se multiplicó al mismo tiempo que se disminuía el tiempo de producción, todo ello fue posible gracias a la sustitución de la mano de obra manual y uso de tracción animal por maquinaría impulsada y promovida por la máquina de vapor.

Comienza la mecanización de los procesos industriales.

Entre 1870 y 1914 se produce la Segunda Revolución Industrial centrada esencialmente en las nuevas fuentes de energía (el gas, petróleo y la electricidad) el transporte (avión y automóvil) y comunicación (teléfono y radio) todo ello provocó una transformación en cadena que afectó al trabajo, a la forma de organización del trabajo y hasta la política, estamos ante la primera globalización, los mercados se abren gracias a los transportes y se internacionaliza la economía y relaciones empresariales.

Gracias a la electricidad empiezan a montarse las primeras cadenas de montaje en la producción.

Todo esto forma parte del pasado, actulmente nos encontramos en un mundo mucho más tecnológico donde priman las energías renovables, el mundo de las comunicaciones, las redes digitales, el Big Data, IoT en definitiva el uso de los datos. Podriamos decir que los datos son el petroleo de nuestra Era, estamos ante la Tercera y Cuarta Revolución que van unidas casí de la mano.

Sin embargo el mundo de la construcción no avanza al mismo ritmo que el resto de las industrias, esto es muy visible en otras áreas como la comunicación, la automoción, la aeronautica donde todo avanza a pasos agigantados. Nadie se imaginaría hoy en día comprandose un coche sin aire acondicionado o un móvil sin internet, es decir…sin datos. ¿Cómo es posible entonces que la construcción siga siendo una industria basada en la mano de obra?

Esto lo resume muy bien Roger Van Oech (experto en innovación) en su frase:

“No es posible resolver los problemas de hoy con las soluciones de ayer”

La construcción podría incrementar notablemente su productividad si adquiere un estilo de producción similar a la de la industria manufacturera y hace su transición tecnológica hacia la automatización y el uso de los datos como herramienta. La Construcción 4.0 se basa en dos pilares, la industrialización de los procesos constructivos y la incorporación de tecnologías emergentes.
Precisamente en este punto es donde el BIM adquiere un papel importante dentro de la construcción industrializada como herramienta tecnológica de gestión de datos.

El BIM (Building Information Modeling), también llamado modelado de información para la edificación, es el proceso de generación y gestión de datos de un edificio durante su ciclo de vida utilizando software dinámico de modelado de edificios en tres dimensiones y en tiempo real, para disminuir la pérdida de tiempo y recursos en el diseño y la construcción.

En este punto “los datos” es donde encontramos la principal diferencia entre la forma de trabajar ya más propia del pasado, el CAD, y la metodología presente el BIM.

CAD es una herramienta de dibujo para crear geometría básica que represente el mundo real, mientras que una herramienta como Revit, dentro de la Metodología BIM se usa para crear geometría que contiene información real. Un entorno BIM implica interoperabilidad e intercambio de información que se traduce en agilidad en la gestión de procesos tan básicos como cambiar el diseño de una ventana en un edificio, el proceso en CAD implicaría la modificación en todas las vistas donde se encontrase esa ventana, plantas, alzados, etc. el proceso en BIM solo conlleva modificarla en el modelo y automáticamente se actualiza en todas las vistas. Con los datos incluidos en el modelo podemos generar tablas de planificación sobre cualquier dato que necesitemos conocer del edificio, esto con una herramienta del pasado como CAD no es posible, porque no gestiona datos, solo dibujos.

El uso de los datos en la construcción nos sirve para anticiparnos a los problemas, para coordinar diferentes disciplinas bajo un único modelo, evitando la perdida de datos y la descoordinación de las diferentes áreas. El BIM tiene el foco en el trabajo colaborativo donde pueden trabajar varias personas al mismo tiempo usando y compartiendo datos, optimizando la cadena de valor, los recursos y el flujo de información. Una vez terminada la fase de diseño el modelo se sigue alimentando de datos introduciendo la planificación y el control de costes en fase de producción. El modelo puede estar alimentado de tantos datos como sean necesarios cerrando el ciclo de vida completo del proyecto y sirviendo para el mantenimiento posterior del edificio en su fase final.

En una construcción industrializada no cabe espacio a la improvisación en obra, todo debe estar estudiado y solucionado antes de la fabricación. Los elementos llegan a la obra ya terminados.

BIM se presenta como la herramienta tecnológica que es capaz de adaptarse a las necesidades generadas en un entorno más industrial.

Es por ello que en el mundo de la construcción no se pueden seguir haciendo las cosas “como siempre se han hecho” es necesario evolucionar, avanzar y adaptarse a un mundo más tecnológico.

Dentro de la construcción industrializada el BIM no es una opción sino una necesidad.

Por eso no es de extrañar que en países donde los procesos de construcción industrializada están más extendidos la implantación de la metodología BIM está también más avanzada que en países como España.

En España la implantación del BIM se está impulsando más desde el sector público que desde el sector privado de hecho ahora mismo ya existen dos normativas que apoyan el uso de Metodología BIM en licitaciones públicas la primera de ellas la DIRECTIVA 2014/24/ UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 26 de febrero de 2014 que en el Artículo 22.4 establece que “Para contratos públicos de obra y concursos de proyectos, los Estados miembros podrán exigir el uso de herramientas electrónicas específicas, como herramientas de diseño electrónico de edificios o herramientas similares (haciendo alusión al uso de herramientas BIM).


Quizás te puede interesar:

    • Construcción industrializada: ¿Optimización o transformación?
    • Blockchain aplicado al sector constructor-inmobiliario
    • Materiales Fotocatalíticos en fachadas
    • La digitalización de los procesos en Industrialización de la construcción: una revolución que ya no espera

La segunda, en agosto de 2015 el Ministerio de Fomento creó la “Comisión BIM” la cual estableció una hoja de ruta que convertiría en obligatorio el uso de la tecnología BIM para las licitaciones públicas, dividiéndolo en dos fases:

1º Fase: 17 de diciembre de 2018: para Licitaciones Públicas de Edificación
2º Fase: 26 de julio de 2019: a partir de esta fecha para Licitaciones Públicas de Infraestructuras.

En el siguiente gráfico podemos ver el crecimiento en España y evolución trimestral de la inversión y número de licitaciones públicas con requisitos BIM.

Podemos concluir asegurando que la Innovación es la única ventaja competitiva realmente sostenible en el tiempo y por ello debemos apostar en el mundo de la construcción por procesos constructivos más innovadores como es la construcción industrializada y Metodologías de trabajo más avanzadas y adaptadas a los nuevos tiempos como es el BIM.

Podemos y tenemos la obligación de hacer las cosas mejor.

 

LORENA ALONSO FERNÁNDEZ

Arquitecto  de la Escuela Politécnica de Madrid. Promoción 1996

Master en Project Management año 2008

Actualmente Directora de la Oficina Técnica de estudios de Grupo Avintia.

Más sobre Grupo Avintia

Grupo Industrial líder en el sector constructor inmobiliario

Logo
SUSCRÍBETE A NUESTRA NEWSLETTER

    Los datos personales facilitados tienen carácter necesario y, serán tratados de forma segura y confidencial por GRUPO AVINTIA, S.L, como Responsable del Tratamiento, con la finalidad de gestionar su petición. Para más información al respecto así como para conocer sus derechos en materia de protección de datos, consulte nuestra Política de privacidad o contacte con nuestro Delegado de Protección de Datos

    SÍGUENOS EN: