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La Construcción Industrializada: Por fin vino para quedarse

Construcción industrializada

Los arquitectos sabemos bien la cantidad de intentos, generalmente fallidos, que ha habido en relación con estos temas, desde hace ya varias décadas.

En España hubo varias experiencias, con mayor o menor impacto en el sector de la construcción, pero nunca terminó de consolidarse, por diversas circunstancias; el precio, la casi nula capacidad instalada y los problemas constructivos, sobre todo en los encuentros con otros materiales, no permitieron que la construcción industrializada se convirtiera en algo usual y recurrente a la hora de hacer realidad nuestros proyectos de arquitectura.

Pero ahora las circunstancias han cambiado notablemente; la escasez de mano de obra, su carestía por esta y otras circunstancias y la necesidad de limitar los interminables plazos de la gran mayoría de las obras, han hecho que el sector de la promoción inmobiliaria y de la construcción miren de nuevo hacia las bondades de la industrialización constructiva.

Asimismo, confluye algo fundamental para que esta forma de construir haya venido, ¡por fin!, para quedarse: la necesidad de encaminar todas las acciones que emprenda el hombre hacia la SOSTENIBILIDAD, hacia el cuidado del Medio Ambiente y, en definitiva, hacia un mundo menos contaminado, por lo tanto, más habitable, con menos desigualdades y mejor para todos.

Además, ya era hora de que nuestro querido Sector se adecuase a las actuales circunstancias, a la modernidad y a las nuevas tecnologías. Era y es una asignatura pendiente que tenemos que aprobar con la mayor celeridad posible. Aquella terrible frase de “construimos como en la época de los romanos” (y yo diría que, desde mucho, muchísimo más atrás), debe pasar definitivamente, a la historia.

Ahora bien, nuestra profesión, la Arquitectura y todos los que nos dedicamos a ella, tenemos la obligación de repensar nuestras formas de proyectar y de transmitir nuestras necesidades a las diferentes ingenierías. Esto va a implicar cambios sustanciales en los procesos de licitación y gestión para conseguir nuestros materiales y la introducción de constantes mejoras en los procesos de la ejecución de los distintos capítulos de nuestras obras.

Otro aspecto clave y fundamental, es el referido a nuestro capital humano. A las personas que, tanto en las fábricas, lugares de origen de esta nueva forma de trabajar, como en las obras, tenemos que dotarlas de una nueva mentalidad digital y darles formación de calidad sobre los nuevos procesos que exigen estas nuevas tecnologías.

Estas medidas, sin duda, repercutirán en una mejora sustancial de la productividad, término este apenas valorado hasta ahora, cuando hablamos de construcción.

Menor tiempo de realización de nuestras viviendas (con lo que esto va a repercutir en las cuentas de resultados de nuestras empresas promotoras), mayor calidad en la ejecución de la gran mayoría de las partidas (pues se hacen en fábrica, bajo magníficas condiciones de trabajo y tecnología) y un menor coste, sobre todo, en el momento que lleguemos a un determinado punto de economía de escala, harán que la construcción industrializada “haya venido para quedarse”, y parece que, por fin, definitivamente.

Los arquitectos nos hemos ido adaptando paulatinamente, desde un punto de vista proyectual, a las nuevas tecnologías. Así, son ya muchos, muchísimos los Estudios de Arquitectura que estamos adaptados al BIM (Building Information Modeling), que nos da una gran visión 3D, y que nos está permitiendo avanzar, a velocidad vertiginosa, en la realización de nuestros Proyectos de Ejecución, de forma ordenada e integral. Es gratificante, por otro lado, ver el interés que estas nuevas tecnologías digitales están despertando en las Administraciones Públicas.

Sin embargo, nuestra nueva forma de trabajar está teniendo graves dificultades cuando lo trasladamos al mundo de la ejecución de las obras: no nos acabamos de entender, porque, sencillamente, no hablamos en el mismo lenguaje. Y esto supone un grave problema, pero, ¿por qué se produce?

Principalmente, porque la inversión en el Sector de la Construcción es bajísima: 35 veces inferior a la media de inversión de otros sectores, como pueden ser el sector de las industrias o de los servicios. (INE 2014).

Ni que decir tiene que tenemos que avanzar en este terreno y hacerlo de manera sostenible e igualitaria. Sí, igualitaria, porque el actual modelo productivo del sector constructivo discrimina de manera clara a la mujer. Es imposible, en las actuales circunstancias, que se produzca una igualdad de género.

Ni que decir tiene que, además, personas con determinadas discapacidades, que podrían aportar mucho al sector, son rechazadas, pues, en infinidad de ocasiones, las condiciones donde se producen las obras no son las idóneas para una buena y justa política de inclusión social.

Después de la pronunciada crisis de 2008, donde cambiaron radicalmente los actores del mercado (aparecieron los nuevos “players”, como se denominaron entonces), hoy, tras la pandemia del COVID 19, nos enfrentamos a un escenario incierto y de consecuencias difíciles de predecir.

El negocio de la Promoción inmobiliaria, como todos los demás, va a sufrir, con seguridad, profundos cambios y habrá que estar muy atentos a ellos, para conseguir nuestros objetivos de rentabilidad.

Justo antes de esta devastadora situación, nuestro Sector ya daba muestras de cierta desaceleración: se vendían menos viviendas de obra nueva, se ralentizaba la subida de precios, así como la concesión de nuevas hipotecas. Se hablaba de etapa de consolidación, de ajuste, pero la verdad es que nuestro tradicional mercado de la vivienda daba muestras de agotamiento.

Como consecuencia de estas circunstancias, habían aparecido, con fuerza, nuevas alternativas para revitalizar el negocio, como era el BTR (Build to Rent), el Coworking, las Residencias de Estudiantes o el Coliving, entre otras.

Bien es verdad que otros subsectores, como el de oficinas o el logístico, seguían con un crecimiento moderado, sin apenas incertidumbres en el corto plazo.

Hoy no sabemos a lo que nos vamos a enfrentar, pero lo que sí es seguro es que, en España, seguirá haciendo falta la creación de alrededor de unos 100.000 hogares anuales. También, para un futuro inmediato, parece necesaria la creación de varios cientos de miles de viviendas dedicadas al alquiler.

 

Fernando Catalán de Ocón Cadenas

Director de Programas, Área Inmobiliaria Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid (COAM)

Industrializar la construcción, una alternativa hacia la sostenibilidad

Industrializar la construcción

Hay evidencias suficientes indicando que, desde el sector de la edificación, no estamos haciendo bien las cosas. ¿Es lógico que nuestros edificios pesen mucho más que la sobrecarga que pueden soportar? ¿Es lícito que el 15% de los materiales que llegan a obra se conviertan directamente en residuo? ¿Es razonable que construir y habitar nuestros edificios consuma actualmente el 40% de la energía? Creo que estamos de acuerdo en que necesitamos cambiar nuestros modos de hacer en la edificación. No se trata de mejorar lo que sabemos hacer, sino de hacerlo de forma diferente, para así garantizar que en el futuro podamos seguir construyendo…

En ese horizonte, la industrialización aparece como un camino seguro, por ser el mismo que emprendieron tantos otros sectores productivos, para responder a las demandas socioeconómicas de su tiempo. Por Industrialización me refiero a la Fabricación de Componentes en taller, para su posterior Ensamblaje en obra. En otras palabras, desligar la producción del edificio del lugar donde éste se implanta.

Si miramos hacia atrás, éste ha sido un vector determinante en la evolución cualitativa de la arquitectura desde tiempos remotos, cuando la construcción no era más que una simple acumulación de materia prima. Visto desde esta perspectiva, ¿acaso los órdenes clásicos no suponen una racionalización constructiva mediante una lógica de piezas preestablecida? ¿No es acaso el despiece geométrico de la Estereotomía de la piedra, la invención técnica que impulsa la arquitectura Gótica y su impresionante programa constructivo en Europa? ¿No podríamos decir otro tanto de la incorporación del acero roblonado en la arquitectura, para poder afrontar el inmenso programa de las infraestructuras industriales de finales del s. XIX? Así pues, necesitamos armar ahora una respuesta contemporánea a una pregunta recurrente en el curso de la historia. Esa reacción episódica a una pregunta atemporal es el propio sustrato del Desarrollo Sostenible.

Pero si nos centramos aquí y ahora, bien podríamos refrendar la Industrialización del sector en contraste con los tres grandes vectores que parecen abarcar el término ‘Sostenibilidad’: el Social, el Económico y el Ambiental.

Desde un punto de vista SOCIAL, el marco de la construcción tradicional no es precisamente idílico. Tenemos un modelo basado en la subcontratación compulsiva, que se apoya finalmente en mano de obra básicamente autónoma y poco cualificada, trabajando intensivamente en obra en condiciones precarias. La industria fabricante se ha centrado en producir materiales cada vez mejores, pero implicándose apenas en su puesta en obra. El resultado de todo ello es una gran precariedad a todos los niveles: en las condiciones laborales, en la calidad de la edificación final, en la episódica ausencia o sobreabundancia de mano de obra disponible, en la absoluta carencia de “oficio” tradicional, en la ausencia de conocimiento especializado, etc. Al parecer, seguimos construyendo artesanalmente, pero sin artesanos… Todo el que ha tenido algún contacto con el sector, sabe bien de lo que estoy hablando. Así pues, reorientar la construcción hacia la fabricación y ensamblaje de componentes sería un buen modo de acabar con esa precariedad endémica. En definitiva, se trataría de propiciar un ecosistema de empresas fabricantes/instaladoras, capaces de vertebrar la Construcción -y la sociedad en general- tal como hacían los antiguos Gremios de los Oficios tradicionales.

Desde el punto de vista ECONÓMICO, aunque los precios de la construcción pueden considerarse moderados comparados con los del suelo -ese sería otro expediente aparte-, la tremenda fluctuación de los costes al alza o a la baja según la coyuntura, distorsiona cualquier previsión a largo plazo, imponiendo la dinámica del “aquí te pillo y aquí te mato”, que no hace más que agravar las cosas. Por otro lado, hoy la inversión en construcción es centrífuga, dado que los materiales y productos normalmente llegan desde muy lejos y no digamos ya la mano de obra. Un proceso de industrialización dotaría al sector de mayor consistencia económica, permitiéndole actuar como un estabilizador contra cíclico. Además, la producción industrial propiciaría un aumento exponencial de la calidad y la optimización de los plazos de ejecución sin mayor sobrecoste, simplemente racionalizando el ritmo de la producción. Finalmente, sabemos que los componentes industriales de la edificación, dados los costes de transporte que implican su tamaño y peso, tienden a fabricarse cerca del lugar de construcción. Eso garantiza que la inversión del edificio acabe beneficiando al tejido industrial local, que es el que da empleo y paga impuestos en su propia comunidad.

Desde una consideración AMBIENTAL, hemos avanzado ya algunos datos significativos sobre los desajustes que implica el modo que tenemos de construir y concebir nuestros edificios. En este sentido, la industria lleva ya tiempo ajustando sus procesos bajo requerimientos ambientales, por lo que en sí misma es un instrumento más conveniente que lo que normalmente ejecutamos “in situ”. Además, hemos podido comprobar cómo la calidad de algunas soluciones industrializadas consigue directamente altas prestaciones, que de otro modo supondrían un coste muy elevado, como, por ejemplo: la total supresión de puentes térmicos, el aumento de amplitud de los vanos estructurales, la obtención de perfectos acabados de serie, etc. Todo ello comporta ahorros directos de materia prima y evita cualquier residuo a lo largo del proceso. Además, la producción en fábrica permite caracterizar bien los componentes, mediante un registro completo de los materiales y procesos que los han conformado. Esto es esencial, porque asienta las bases para la puesta en marcha de una economía circular en el sector. Podemos considerar los edificios de hoy como bancos de materia – les para el futuro, porque modelizando la información que contienen sus partes, podrán ser reutilizados con garantías y reactivar así su valor económico. Pensando un poco en todo ello, nos daremos cuenta de las profundas transformaciones y escenarios nuevos que abrirá esa Economía Circular aplicada a la construcción.

Por otro lado, España cuenta con un nutrido parque de industrias que producen componentes, aptas para la edificación o casi. Ese es un contexto propicio para la industrialización de la edificación y a la vez un estímulo para todo ese tejido industrial, que creció con la ejecución de las infraestructuras y que podría tener en la edificación un nuevo campo de acción.

Llegados a este punto, podemos preguntarnos: ¿cómo es posible que hayamos llegado hasta aquí? ¿Qué circunstancias están provocando este desajuste? Aunque las respuestas no son sencillas, tienen que ver con el hecho de que la construcción es esencialmente reaccionaria frente a los cambios- y con ella también la arquitectura, aunque tanto nos cueste admitirlo a los arquitectos-; el conjunto no decidirá cambiar hasta que no tenga más remedio que hacerlo. De hecho, el contexto legal vigente tiende a perpetuar este modelo actual y muy concretamente la Ley de Contratos del Estado, que lo cristaliza en la práctica diaria. Pero quizás estemos muy cerca ya de ese momento en el que cambiar se hace inevitable y las cosas basculan rápidamente por el mero efecto de su propio peso.

 

Felipe Pich-Aguilera Baurier
Doctor arquitecto. Co-fundador de Picharchitects/pich-aguilera

Teresa Batlle Pagés
Arquitecta. Co-fundadora de Picharchitects/pich-aguilera

Nuevos sistemas de construcción para la creación de espacios habitables en todo el mundo

Sistemas de construcción industrializada

Los nuevos sistemas de construcción con prefabricados de hormigón producidos industrialmente permiten crear viviendas asequibles para muchas personas en todo el mundo. Las ventajas sobre los métodos de construcción convencionales son múltiples y, al mismo tiempo, una importante máquina generadora de trabajo para muchos países.

La industria de la construcción en África se encuentra en auge. Demanda impulsada por el rápido crecimiento de la población con una clase media que crece aún más rápido y cuya necesidad de vivienda está aún lejos de ser satisfecha. La situación en América del Sur, Rusia, India, China y el resto de Asia es idéntica. Es necesario crear espacio habitable asequible a corto plazo pero de alta calidad, rentable y respetuoso con el medio ambiente.

SOLUCIÓN A LA ESCASEZ DE VIVIENDAS Y A LOS PROBLEMAS DE CALIDAD EN LA CONSTRUCCIÓN

Se necesitan nuevos sistemas de construcción para cerrar la gran brecha entre la oferta y la demanda. “Hoy en día, los elementos prefabricados de hormigón se utilizan para construir atractivas viviendas unifamiliares, modernos complejos residenciales y de oficinas, centros comerciales, hospitales y escuelas en todo el mundo”, dice Müller-Bernhardt, Director de Ventas para la India, Medio Oriente y Africa de Vollert. Gracias a los procesos de prefabricación industrializada, este método constructivo permite minimizar las frecuentes fallas de construcción y trabajar con una inversión significativamente menor. Pero lo más importante es que reduce considerablemente los tiempos de construcción. Además, la huella de CO2 se reduce en un 25% y el consumo de materias primas, agua y hormigón en un 50%. Los nuevos edificios residenciales tienen un excelente rendimiento térmico, son resistentes a la intemperie, al fuego e incluso a los terremotos. Actualmente, no solamente África está dando pasos importantes para introducir esta norma mundial en la tecnología de la construcción. “Vivienda para todos”: Kenia, por ejemplo, tiene previsto construir 500.000 edificios residenciales hasta el 2022.

Los modernos sistemas de encofrado y las soluciones de puesta en marcha permiten hoy en día producir muros y losas prefabricadas, incluso con bajos presupuestos de inversión. Las mesas basculantes fijas o los encofrados en batería, encofrados para celdas así como los encofrados especiales para componentes estructurales como columnas y vigas son también modelos de arranque interesantes. Contrariamente a la constante preocupación de muchos de que el nuevo método de construcción destruirá puestos de trabajo, el sistema va a convertirse en una verdadera máquina generadora de trabajo. No sólo es mucho más productivo, sino que especialmente al aumentar los volúmenes de construcción en los acabados de interiores, la demanda y la necesidad de personal de construcción aumentará enormemente.

Un ejemplo de esto es el Grupo Starworth, una de las principales empresas de construcción de la India. Después de casi 20 años de especialización y experiencia en la construcción con métodos tradicionales, en los que prácticamente todos los trabajos de construcción se llevan a cabo directamente en el lugar, en el año 2018 reorientó completamente su sistema de construcción. Provident Park Square en el corazón de Bangalore, es un proyecto de construcción que se inició en ese año y fue la señal de partida para confiar en la nueva tecnología de construcción. A partir de octubre de 2021, se ofrecerá a los nuevos propietarios arquitectura de lujo en un entorno de vida único. Park Square se extiende sobre una superficie de 20 hectáreas, tiene óptimas conexiones de transporte y consta de varios complejos de edificios residenciales con apartamentos que van de 48 a 120 metros cuadrados y aplicaciones inteligentes en cada uno de ellos. Una lujosa casa club, un centro comercial, cafés, parques infantiles, así como atractivas instalaciones deportivas y aparcamiento ecológico hacen de Park Square una muestra única de la nueva arquitectura urbana de la India. Ya hoy, casi a 1 año de la finalización del proyecto, todos los apartamentos se han vendido completamente.

10.000 UNIDADES RESIDENCIALES AL AÑO PARA MEGA PROYECTOS DE CONSTRUCCIÓN EN MALASIA

También en el resto de Asia, el sistema de construcción está cambiando la arquitectura de muchas megalópolis. Malasia es conocida por sus playas, selvas tropicales y su diversidad de culturas y pueblos. La capital Kuala Lumpur combina tradición y modernidad. Casonas señoriales y rascacielos como las famosas torres gemelas de 451 m de altura de las Petronas fascinan a todos los visitantes. A fin de crear un nuevo espacio habitable para la creciente clase media, conservar recursos como el cemento, la arena y el acero, así como reducir la dependencia de los trabajadores extranjeros poco cualificados, Malasia está promoviendo específicamente la prefabricación industrial automatizada de elementos de hormigón. El objetivo del Ministerio de Vivienda de Malasia, de propiedad estatal, es crear más de 200.000 nuevas unidades residenciales para 2020 y, al mismo tiempo, aumentar la productividad de las obras de construcción en un 25%. Ya se han iniciado varios programas gubernamentales de subsidios a la construcción con este fin, como el CITP 2020 (Programa de Transformación de la Industria de la Construcción). En este contexto, el gigante de la construcción malayo Gamuda IBS amplió su catálogo de construcción en 2016. “El método de construcción de sistemas con elementos de hormigón prefabricado está cambiando Asia. Queremos ser pioneros en Malasia”, dice Tan Ek Khai, Director General de Gamuda IBS. Piensa en términos de sostenibilidad y reproduce visiones. “Desde el principio, el objetivo era producir más de 10.000 unidades residenciales anualmente para nuestros propios proyectos de construcción, pero también para abastecer a otros promotores inmobiliarios y constructores en Malasia y en todo el sudeste de Asia. Sistema de construcción industrializado (SCI) es un término utilizado en Malasia para un sistema de construcción basado en la tecnología BIM que permite la producción de una variedad de muros, techos o elementos estructurales de hormigón para los modernos sistemas de construcción arquitectónica. Esto se hace en la mitad del tiempo requerido por el cliente, inicialmente de forma virtual en 3D, antes de la producción industrial en serie utilizando la innovadora robótica CAD/ CAM y un alto grado de automatización, que permite el intercambio y la transferencia de información pertinente relativa a los dibujos, las existencias de material, el inventario y la logística. Los detalles de la construcción del BIM son accesibles en cualquier momento en una plataforma de datos digitales para arquitectos, ingenieros especialistas en la estática o ingenieros eléctricos.

Las celdas prefabricadas se vienen utilizando cada vez con más frecuencia en la industria de la construcción mundial. Completamente premontadas con accesorios interiores e instalaciones sanitarias y eléctricas, pueden ser instaladas directamente en el lugar como una estructura autoportante. El especialista finlandés en materiales de construcción Rakennusbetoni- ja Elementti, por ejemplo, amplió su capacidad de producción de módulos sanitarios prefabricados en serie en el 2018. El encofrado para celdas modulares de alto rendimiento asegura superficies de alta calidad y herméticas. La instalación de los baños se realiza en corto tiempo, ya que los equipos eléctricos y sanitarios se encuentran premontados. Para la fabricación de los prototipos en serie se utiliza un nuevo encofrado en batería de ángulo L, así como un encofrado para celdas.

ANTISÍSMICO Y VARIABLE: INNOVACIONES EN LA INDUSTRIA DE LA CONSTRUCCIÓN

Actualmente la aplicación económicamente eficiente de modernos sistemas de construcción en zonas con alto riesgo sísmico sienta también nuevas tendencias en el mercado.  Un sistema de construcción desarrollado por el promotor inmobiliario BauMax, junto con la empresa de ingeniería Sirve SA y el fabricante de plantas alemán Vollert, está conquistando el campo de la construcción en Chile. «Desde la producción de los primeros prototipos en Alemania hasta el posterior montaje final en Chile, se ha logrado mucho con la participación de arquitectos, diseñadores, planificadores y especialistas. Hoy en día, podemos producir muros y techos antisísmicos en forma  automática en un corto período de tiempo», dice satisfecho Sebastián Lüders, Director Técnico de BauMax. Después de completar con éxito la primera urbanización con casas de exhibición de este tipo, el Grupo BauMax está ahora comenzando la producción en serie de los nuevos modelos.

Presentado en bauma 2019 y galardonado con el Premio a la Innovación en Componentes de Hormigón en febrero de 2020, un sistema de construcción antisísmico con losas alveolares pretensadas se viene estableciendo actualmente en el mercado. Los elementos alveolares del nuevo sistema de construcción MOTUS ya no se producen mediante el proceso de fabricación por extrusión o deslizamiento, sino por el principio de circulación de bandejas.  Cada losa alveolar se fabrica exactamente de acuerdo a la geometría y dimensiones deseadas, en lugar de tener que cortar el elemento sin fin después del hormigonado para adaptarlo a la obra. Se eliminan los costos de aserrado así como los costos de desecho por recortes residuales. Las mallas electrosoldadas y los refuerzos de unión permiten el montaje con resistencia antisísmica del elemento alveolar en el sitio. La absorción de la fuerza de tracción en todos los lados aumenta significativamente la capacidad de carga. Para este propósito se prolonga en la longitudinal el alambre de tensión y en los lados, refuerzos adicionales para lograr una unión a presión de los elementos de techo. Además, se pueden lograr anchos de techo mucho mayores. Los generadores de los alveolos sólo se insertan temporalmente durante el proceso de hormigonado y el número y la geometría de éstos pueden ajustarse de manera extremadamente flexible. También se pueden insertar cajas para conexiones eléctricas, agua o ventilación o piezas especiales. Para los ingenieros encargados de la estática y de la gestión de abastecimiento en la construcción  se abren completamente nuevas posibilidades comparadas a las aplicadas usando los sistemas hasta ahora conocidos.

 

Björn Brandt
Miembro de la Gerencia General Vollert Anlagenbau GmbH

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