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Reducir las emisiones de CO₂ como responsabilidad corporativa

Responsabilidad corporativa

La responsabilidad corporativa de reducir las emisiones de CO2 y descarbonizar se ha convertido en un asunto fundamental para las empresas.

La responsabilidad corporativa de reducir las emisiones de CO2 y descarbonizar se ha convertido en un asunto fundamental para las empresas impulsada, además, por el importante objetivo de conseguir cero emisiones netas de CO2 para 2050. En 2025 el objetivo es haber reducido estas emisiones en un 30%, y para 2030 un 50% o más.

EL DESAFÍO DE LOGRAR LA NEUTRALIDAD DE CARBONO:

Dado que el aire acondicionado consume una gran cantidad de energía y emplea refrigerantes, reducir las emisiones de CO2 en este sector se convierte en un gran desafío cuya solución pasa por tres hitos principalmente: expandir el negocio de las bombas de calor aire-agua, incrementar la presencia de dispositivos inverter de ahorro de energía en los edificios y promover el uso de refrigerantes regenerados y de bajo PCA.

¿Cuáles son las acciones principales para conseguirlo?

    1. Reducción de emisiones de CO2 durante la fabricación (procesos de desarrollo / producción). Para reducir y controlar las emisiones de CO2 , HFC, PFC y otros contaminantes provocados por la energía en los procesos de desarrollo y producción en la fase de fabricación, es fundamental utilizar las materias primas de manera más eficiente, reutilizar y reciclar los desechos emitidos, utilizando, por ejemplo, envases retornables.
    2. Acelerar el cambio de los sistemas de calefacción de agua de tipo combustión a los de tipo bomba de calor. En Europa y Norteamérica es prioritario acelerar la conversión de las calderas de combustión a las bombas de calor aire-agua para reducir las emisiones. Los objetivos por regiones son: • Europa: lograr alcanzar el número uno de cuota de mercado en los principales países • Norteamérica: acelerar las ventas de la bomba de calor inverter
    3. Continuar promoviendo el cambio a R32 a nivel mundial. Se planea que la proporción de R32 para los aires acondicionados domésticos supere el 95% para 2025. También es necesario trabajar para construir un ciclo ecológico de refrigerante que realice la recuperación, reciclado y destrucción de refrigerantes, y promover el desarrollo de refrigerantes y equipos de nueva generación que utilicen refrigerantes de bajo PCA, lo que permitirá reducir las cargas en los equipos.
    4. Crear nuevas iniciativas comerciales relacionadas con el medio ambiente para la expansión del mercado y las contribuciones a la reducción de CO2. Dos ejemplos: • Ciudades inteligentes: incentivar proyectos de desarrollo urbano sostenible en todo el mundo. • Creación de energía: mejorar la línea de productos de generación de energía micro-hidroeléctrica.
    5. Desarrollo de tecnologías para lograr una sociedad neutra en carbono. Aunque se espera que el cambio a fuentes de energías renovables se acelere en todo el mundo, se dice que en 2050 seguirán existiendo fuentes de energía que emiten CO2, por eso, la investigación en tecnologías de vanguardia sobre descomposición, recuperación y reutilización de CO2 es fundamental. Ejemplos de proyectos específicos en esta línea:
    • Explorar tecnología para la separación, recuperación directa y reutilización de CO2 a temperatura ambiente.
    • Establecer una hipótesis para una sociedad con cero emisiones netas de CO2.

ECONOMÍA CIRCULAR

Para reducir las emisiones de gases nocivos para el medioambiente, también es esencial utilizar los recursos de la manera más eficiente posible durante los procesos de desarrollo y producción. Por ejemplo, Daikin lleva a cabo la iniciativa 3R & Repair con la que pretende aplicar la conocida regla de ‘reducir, reutilizar y reciclar’, además de ‘reparar’, al desarrollo y diseño de producto, así como en los materiales de embalaje.

    • Reducir: Hacer los productos más pequeños y ligeros sin sacrificar la eficiencia energética hace que se utilicen menos recursos. Por ejemplo, Daikin redujo el peso de EcoZEAS, en la serie SkyAir para oficinas pequeñas en un 10 – 15% respecto al modelo convencional con la adopción de un nuevo compresor inverter oscilante.
    • Reutilizar: aprovechar componentes que ya no se utilizan y darles una segunda vida. Por ejemplo, en las piezas que han sido reemplazadas y que contienen múltiples componentes, como placas de circuito impreso, se puede reparar cualquier mal funcionamiento o reemplazar los componentes desgastados para poder utilizarlos como repuesto en otros productos, tras pasar las pruebas de calidad que aseguren el buen funcionamiento.
    • Reciclar: desarrollar y diseñar productos en los que es fácil separar las piezas para reciclarlas correctamente, así como utilizar plásticos reciclados como materiales de construcción de dichos productos. En 2019, por ejemplo, se elimina la superficie pintada de las piezas de plástico de la unidad interior Stylish Flow de la serie de SkyAir para tiendas y oficinas pequeñas, aumentando así la tasa de reciclaje.
    • Reparar: hacer que los productos aumenten su vida útil para emplear menos recursos. Con este fin, Daikin ha fortalecido su sistema de reparación estableciendo puntos de servicio repartidos por toda la geografía para atender las solicitudes de los clientes y responder a sus preguntas y consultas relacionadas con los productos.

Para reducir el impacto medioambiental en su conjunto, no solo es necesario considerar las emisiones de CO2 de los refrigerantes, sino la eficiencia total del sistema. Para ofrecer la mejor eficiencia estacional, es importante contar con tecnologías que permitan ahorrar energía con temperatura de refrigerante variable, con la tecnología Inverter, la tecnología de recuperación de calor, los filtros que se limpian por sí solos para maximizar el confort o la eficiencia en todo momento o las plataformas de monitorización que permiten el uso inteligente de la gestión de edificios para hacer seguimiento constante del consumo energético y evitar el derroche de energía al mismo tiempo que se mejora el mantenimiento para garantizar una larga vida útil.

LOS PRIMEROS PASOS HACIA UN FUTURO MÁS VERDE:

Siguiendo estas bases, se consiguen resultados medibles a corto plazo que marcan el camino hacia un futuro más sostenible, como muestran los siguientes hitos de Daikin en 2019:

    • Reducción de 68 millones de toneladas de CO₂ durante el ejercicio de 2019 gracias a la creación de productos conscientes con el medio ambiente.
    • Reducción de un 76% el ratio de emisiones de gases de efecto invernadero durante la fabricación de productos, lo que equivale a 1,28 millones de toneladas de CO2.
    • Aumento en un 97% las ventas de aire acondicionado con tecnología inverter y con refrigerantes de menor potencial de calentamiento global.
    • 39 fábricas del grupo Daikin certificadas con el título Green Heart Factories.
    • Realización de actividades para la preservación de los bosques junto a organizaciones locales e internacionales que equivalen a la reducción de 7 millones de toneladas de CO₂.

 

Jesús María Martínez Bautista,

Manager de Consulting Sales & Key Accounts Daikin

Economía circular de la A a la Z en un proceso productivo de pavimentos

Proceso productivo de pavimentos

Cuando hace más de 400 años, en la llanura castellana, un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor, confundía los grandes pero humildes molinos de cereal con seres gigantes, no iba del todo desencaminado. Y es que hoy, en el siglo XXI, estos molinos, transformados en modernos aerogeneradores nos permiten conseguir avances en el campo de las energías renovables que ni dioses como Eolo hubiera imaginado en esos tiempos. Son así, auténticos gigantes de la energía.

Y es que aquello que hace 40 ó 50 años era sólo una quimera, se ha convertido en los últimos tiempos en paisaje cotidiano. Y las expectativas a este respecto son cada vez mayores ya que de forma continuada se insta a los gobiernos al uso de energías renovables en campos como las manufacturas o el transporte.

Sostenibilidad en los procesos productivos

En las industrias relacionadas con el mundo de la construcción llevamos años, por no decir décadas, dando una importancia creciente a la sostenibilidad desde diversos aspectos, y uno de ellos, y no menor, es el de la gestión de la energía. Al considerar el impacto que un determinado material causa en el medio ambiente no sólo se deben considerar los residuos o su efecto directo en la calidad del aire para los usuarios, sino que es imprescindible tener en cuenta el impacto en la gestión de recursos en todo el ciclo de vida, desde su diseño, hasta el fin de su vida útil.

Cada vez son más los sellos medioambientales (LEED, Breeam…) que solicitan una Ficha de Declaración Ambiental y Sanitaria (FDES) que, entre otra información, evalúa el impacto de carbono en cada etapa de la vida del producto. Esta política permite que los ingenieros de las empresas fabricantes puedan establecer objetivos de diseño ecológico pertinentes y que los usuarios finales puedan evaluar el impacto medioambiental de los diferentes productos de construcción.

Otra acción importante que tiene que ver con la producción y la minimización de la huella de carbono consiste en la producción lo más local y próxima al usuario. Este es un aspecto que también se contempla en las certificaciones medioambientales y que los fabricantes nos preocupamos en cumplir para tener una visión más próxima de los mercados.

Gestión de la energía y certificaciones

Los centros de producción de nueva generación se diseñan, ya desde su concepción, en forma totalmente ecológica, lo que se refleja en la eficiencia energética y en el tratamiento intensivo de materiales reciclados. Un ejemplo es el empleado por Gerflor en su nuevo centro de producción en St. Paul- Trois-Chateaux para el cual, gracias al empleo de un proceso basado en la gravedad, se ahorra un 30% de energía por m2, en comparación con los estándares habituales en la industria.

Es importante que los centros donde se van a producir materiales empleados en construcción industrializada tengan, como mínimo, las siguientes certificaciones:

ISO 9001 (Calidad)

ISO 14001 (Gestión Medioambiental)

ISO 50001 (Gestión de la Energía)

Y también es importante que se pueda certificar, en aras a la responsabilidad social de las empresas, otras certificaciones como la OHSAS 18001 o ISO 45001 para las que se tienen en cuenta los aspectos relativos a la seguridad de los empleados y la salud ocupacional.

Los modernos métodos de fabricación exigen un bajo impacto medioambiental. Materiales como el vinilo pueden procesarse a bajas temperaturas, por lo que la energía necesaria para su producción es relativamente baja en comparación con otros materiales como el metal, el vidrio o la cerámica.

En los últimos años, las empresas hemos venido renovando y modernizando los sistemas de tratamiento de gases de combustión para garantizar un impacto mínimo.

Cada nuevo proyecto industrial debe incorporar también objetivos de mejora del rendimiento acústico que cuenten con las tecnologías más recientes de reducción de ruido. Toda la electricidad usada por los centros de producción debe tender al uso de energías renovables, en particular eólica o de paneles solares.

Es importante encontrar la energía para consumir menos. En los próximos años los sistemas de calefacción y refrigeración industrial de nuestros centros de producción deben ser sustituidos por sistemas de mayor eficiencia energética. El diseño de las nuevas líneas de producción y la reingeniería de los recursos existentes deben permitirnos reducir el consumo de energía mediante la incorporación de las mejores tecnologías existentes. Con estos métodos puede reducirse el consumo de energía hasta en un 30%.

Se debe controlar también la energía consumida por nuestros transportes. Los antiguos vehículos utilizados para la manipulación de remolques en los recintos fabriles deberían ser sustituidos por tractores eléctricos. Con esta medida se contribuye significativamente a la reducción de emisiones de CO2 en los centros de producción.

Gestión de recursos

También es importante la reducción del consumo de agua que puede conseguirse sobre todo mediante sistemas de refrigeración de circuito cerrado.

Se puede producir al tiempo que se reduce la huella de carbono

En Gerflor, el 57% de los componentes de los pavimentos que diseñamos provienen de fuentes inagotables de origen mineral o bien reciclados. Casi el 60% del vinilo se compone de cloro, que – como la mayor parte de la sal de mesa que utilizamos a diario- se extrae de la sal de roca, y de carbonato cálcico (componente del yeso y de la tiza). Estos materiales están disponibles en grandes cantidades y no están sujetos al agotamiento de recursos.

Es importante aumentar la media de contenido reciclado en los productos de construcción

Los pavimentos y revestimientos murales de vinilo contienen una media del 25% de materiales reciclados. La incorporación de materiales reciclados no debe afectar a la calidad y al rendimiento del producto final. En muchos casos algunos de los productos más técnicos pueden contener más de un 50% de materiales reciclados. Todo el contenido reciclado debe cumplir con la normativa europea REACH.

REACH (Registro, Evaluación, autorización y Restricción de Sustancias Químicas) es un reglamento europeo que enumera las sustancias químicas con posible impacto. La lista está gestionada por la ECHA (Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas)

Esta normativa establece que los materiales adheridos a la misma se fabrican

    • Sin metales pesados
    • Sin formaldehidos
    • Sin tintas en base a disolventes
    • Sin PCP (pentaclorofenol)
    • Sin contenido CMR (carcinogénico, mutagénico, reprotóxico)
    • Sin otras sustancias prohibidas por REACH

Upcycling

Consiste en la reutilización de materiales al final de su vida útil para crear productos de mayor calidad o un valor añadido superior al del material original. Un ejemplo de materiales de construcción lo tenemos en el uso de antiguas botellas PET (de las utilizadas para el agua mineral) para convertirlas en fibras textiles que pueden utilizarse como soporte de algunos pavimentos vinílicos. Por cada 4 botellas de PET puede obtenerse 1 m2 de fibra textil.

Conclusión

Hemos visto algunos ejemplos de lo que debería ser una directiva en los procesos de producción para hacerlos así más sostenibles. Todo esto coordinado con un correcto ecodiseño, la adecuada selección de las materias primas, una concepción de producto centrada en la sostenibilidad del usuario y en un enfoque de negocio con una alta calificación en sostenibilidad hacen de la construcción industrializada una opción de futuro para la edificación residencial.

Y así, aquellos molinos de nuestro ingenioso hidalgo nos han ayudado a establecer pasos de gigante en la sostenibilidad de nuestros productos. Aquellos molinos son ahora aerogeneradores que nos ayudan a utilizar energías limpias que son uno de los soportes de los procesos productivos sostenibles.

 

Juan Forniés

Director Técnico en Gerflor Iberia

Economía circular y ética: reflexiones de un nuevo paradigma

Economía circular y ética

Tenemos un único planeta, del cual la humanidad se va abasteciendo.

Érase una vez un rey en su castillo, que vivía en un mundo maravilloso, lleno de vida, montañas, ríos y animales. Todo el mundo era feliz y se vivía en armonía con el entorno.

El rey, para conseguir el “progreso”de su pueblo, comenzó a diseñar procesos con el objetivo de que los habitantes de su reino tuvieran acceso a mayor cantidad de productos, recursos y una vida mejor. La gente comenzó a comprar estos nuevos productos y servicios, pero cada vez los querían con mayor inmediatez, lo que generó tensiones en el reino. El rey no era capaz de atender las demandas de sus habitantes, pero, entonces, descubrió el petróleo como una fuente de energía que le permitía alcanzar mayor productividad y crecer cada vez más y más. Comenzó a construir grandes autopistas e infraestructuras para que estos productos cada vez se pudieran entregar más rápido.

El planeta le ofrecía todo lo que necesitaba para ese crecimiento rápido, no había límites y la gente de las poblaciones pequeñas comenzó a viajar y asentarse en este nuevo reino donde todo se podía tener…

La historia de una economía depredadora en energía y recursos comienza de esta manera. Todos somos habitantes de ese reino desde hace muchos años (probablemente desde la era industrial), pero hoy los indicios indican que, o cambiamos nuestra forma de utilizar los recursos, o llegaremos al colapso de la humanidad. Es por esto por lo que la sostenibilidad está hoy en boca de todos. Este término puede resultar muy ambiguo ya que engloba multitud de aspectos como, por ejemplo, las emisiones de gases de efecto invernadero, los residuos, los vertidos, el consumo de recursos, la eficiencia energética, el cambio climático, la economía circular, la pobreza energética… Hoy todo ha de ser sostenible y todo el mundo se apunta a la moda. Pero el que todo el mundo hable de sostenibilidad obliga necesariamente a los mercados, fabricantes, diseñadores y legisladores a integrar estos conceptos en sus desarrollos.

Hoy vivimos en una economía líneal de producir, usar y tirar, pero el paradigma de este modelo está llegando a su fin y debemos abordar un modelo conocido como economía circular que no es más que un modelo basado en reducir, reusar y reciclar.

Para entender bien la esencia del concepto de economía circular tenemos que tener claro que cada año el planeta produce una serie de recursos que la humanidad va consumiendo (agua, energía, materias primas, etc). Tenemos un único planeta, del cual la humanidad se va abasteciendo. El 29 de julio de 2021, la humanidad consumió todos los recursos que el planeta es capaz de producir durante el total del año. Este fenómeno, calculado por la organización internacional sin ánimo de lucro Global Footprint Network (GFN), significa que, durante este año, la humanidad consumirá el equivalente a 1,7 planetas de media. Por lo tanto, el balance total demuestra que la humanidad está en números rojos y tiene en su cuenta lo que se conoce como “deuda ecológica”, que se hace patente en la pérdida de biodiversidad y la presencia de fenómenos meteorológicos cada vez más potentes y más frecuentes.

Esta deuda ecológica se mantiene en España al menos desde 1961, año en el que Naciones Unidas empezó a recopilar esta serie de datos, y no se ha reducido desde entonces.

Todo lo anterior nos debería llevar a reflexionar. En los países desarrollados vivimos en una sociedad cada vez más globalizada, en la que durante los últimos años se ha primado la cultura del consumo de bienes y objetos con un crecimiento exponencial. Pero… ¿es ético relacionar economía, crecimiento y sostenibilidad?

Según expresa la Agencia Europea del Medio Ambiente, en su publicación “Growth without economic growth”, el crecimiento económico, tal y como lo entendemos hoy en día, está vinculado al aumento de la producción, el consumo y el uso de recursos y tiene efectos perjudiciales para el medioambiente y la salud humana. Es poco probable que pueda lograrse una disociación absoluta y duradera del crecimiento económico y las presiones e impactos medioambientales a escala mundial, por lo que las sociedades deben replantearse qué se entiende por crecimiento y progreso y su significado para la sostenibilidad global.

Incluso si en los países desarrollados consiguiéramos implementar sistemas de economía circular que nos permitieran llegar a un equilibrio entre lo que el planeta es capaz de producir y lo que necesitamos, ¿sería ético pedir esto mismo a los países en vías de desarrollo? Es evidente que la huella ambiental está íntimamente relacionada con los modelos de desarrollo socioeconómicos, pero si atendemos a las macrotendencias, esto no es solamente una cuestión relacionada con los países ricos. A nivel global, la esperanza de vida crece, así como la calidad de ésta, con lo que existe una demanda creciente de bienes y servicios en todo el mundo que dará como resultado un incremento de la demanda de materias primas a nivel global. Esto, unido a un incremento de la población mundial en los próximos años, nos obligará a un cambio de paradigma absoluto ya que solamente tenemos un planeta.

Este cambio de paradigma tendrá que ir ligado a modificaciones no sólo en las prácticas sociales y el consumo, sino también a cambios tecnológicos que hagan posible poner en práctica la economía circular en más y más sectores, entre ellos el de la construcción. El sector de la edificación y la construcción es un actor clave: por ejemplo, en 2017 representó el 36% del uso de energía final y el 39% de las emisiones relacionadas con la energía y los procesos.

Si bien en los últimos años se han producido (y se seguirán produciendo) grandes avances en la etapa de uso de los edificios para hacerlos más confortables y eficientes, es fundamental que sigamos poniendo el foco en la etapa de producción y construcción y también en el fin de vida de los componentes que forman nuestras construcciones, aplicando el concepto de economía circular a todas las etapas del ciclo de vida del edificio.

Esto supondrá desviar cada vez más materiales del flujo a vertedero y elevar la tasa de recuperación de los residuos de construcción y demolición por encima del 70% marcado por la directiva europea (2008/98/CE) y sus posteriores modificaciones para 2020. Por ejemplo, en España se producen al año 130.000 toneladas de residuos de Placa de Yeso Laminado (PYL). El yeso es un material 100% reciclable que puede ser reciclado infinitas veces, por lo que, con la instauración de los procesos adecuados para su reciclaje, se puede obtener un nuevo material que mantiene las mismas

cualidades y garantías que el inicial. Esto permite reintroducirlo nuevamente en el mercado, reduciendo el consumo de recursos naturales y preservando el medio ambiente. Estos motivos son suficientes para impulsar la necesaria elección de materiales reciclables y reutilizables siempre que sea posible. Aunque esto es sólo un ejemplo, será obligación de todos los agentes implicados en la construcción que la circularidad de nuestras edificaciones sea una realidad para conseguir la reducción de las emisiones y la energía consumida por nuestro sector.

Mari Luz Jimeno,
Responsable en la Oficina Técnica de Saint-Gobain ISOVER y Placo

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