El pasado 7 de febrero, el portal inmobiliario Idealista corroboró con datos lo que muchos expertos del sector habían anunciado durante el año 2022: la venta de vivienda había aumentado hasta llegar a cotas no vistas en más de una década. A estos datos positivos se suman otros, como el también crecimiento positivo en la firma de nuevas hipotecas.
En este post detallamos el éxito de 2022 en el sector inmobiliario y repasamos las señales que indican cómo será el escenario de 2023, donde la vivienda de segunda mano sigue siendo protagonista.
2022, año de gran éxito para el sector inmobiliario
Tal y como reflejan los datos de Idealista, las compraventas de vivienda crecieron un 6,1 % interanual, quedando por encima de los datos recogidos en los últimos quince años. Habría que remontarse a 2007 para encontrar cifras superiores. 2022, por lo tanto, y de una forma más sostenible, ha supuesto un año récord para el inmobiliario: se vendieron 719.680 viviendas y se firmaron 355.470 hipotecas.

El volumen de nuevos préstamos vio un crecimiento del 2,8 % respecto del año anterior y por eso señalamos arriba que se trata también de un año especial para las hipotecas. En el mercado hipotecario se registraron cifras que no se habían apreciado desde el año 2010.
El aumento más notable en la compraventa de vivienda fue en Canarias, con un 26,9 % de crecimiento, y en la Comunidad Valenciana, con un 14 %. Otras 12 comunidades autónomas vivieron grandes mejoras en sus transacciones de inmuebles, con algunas pequeñas caídas en las restantes, como la Comunidad de Madrid, con un -1,1 %.
Sorprendentemente, y después de un año de tantos datos positivos, el mes de diciembre sufrió caídas de dos dígitos. Los motivos de esta desaceleración del sector pueden ser el encarecimiento de la financiación y un cambio en la percepción del mercado. Sin embargo, se prevé que 2023 no sea un año de desplome (tanto en precio de vivienda como en volumen de ventas), sino más bien de una estabilización del mercado.
Vivienda nueva frente a segunda mano
El diario económico Business Insider apunta, además, que en España ya se venden más casas de segunda mano que nunca: hasta 532.459 transacciones de pisos usados. Esta cifra es muy llamativa, como apunta el diario, porque se trata de la “más alta de la serie histórica del INE, incluso por encima de los datos de 2007, en plena burbuja”.

En la obra nueva los datos señalan un crecimiento de un 2,6 %, hasta las 117.035 operaciones, siendo la cifra más elevada desde 2014. En general, la falta de stock de vivienda nueva ha empujado a los compradores a la segunda mano.
No obstante, aquí influyen muchos factores aparte de este. Por ejemplo, el impulso de la rehabilitación de edificios. Pero la vivienda nueva cuenta actualmente con varios escollos para su despliegue, como son el encarecimiento de los materiales, la falta de mano de obra cualificada y los retrasos que provocan las Administraciones públicas en el fomento de nuevos desarrollos. Todo ello, además, ha provocado el aumento del precio de la vivienda de obra nueva, lo que motiva a los compradores a buscar soluciones más intermedias.

Precisamente, un mensaje que habitualmente compartimos desde Grupo Avintia es que la construcción industrializada puede ser la solución a estos problemas: no solo es una fórmula innovadora y digitalizada de abordar la construcción de parque inmobiliario que España necesita, sino que además es una solución sostenible y de futuro.
Expectativas para el año 2023
A lo largo de estas líneas ya hemos dejado entrever la que, bajo nuestro punto de vista, 2023 será un año de estabilización del mercado. Algunos expertos hablan de que hemos vivido unos años de crecimiento y que en 2022 se ha llegado a la cima, anticipando una caída brusca. Es obvio que la coyuntura social actual puede rebajar las expectativas: han subido los tipos de interés, las condiciones del crédito inmobiliario se están haciendo más severas y las familias aumentan su ahorro como consecuencia de la inflación en sus economías.
Sin embargo, algunos indicadores nos hacen volver a tener esperanza. En primer lugar, porque estas condiciones podrán generar una bajada en los precios, pero no así una desaceleración dura de la compraventa de vivienda en volúmenes de unidades.
Expertos consultados en RTVE concluyen lo siguiente: “el sector aguantará el tirón de años anteriores, pese a la subida de tipos: las operaciones de compraventa disminuirán, aunque levemente; los precios seguirán siendo elevados y no se esperan correcciones a la baja; mientras que el mercado hipotecario se resentirá y la hipoteca mixta ganará terreno”.
Las operaciones de compraventa podrán volver a niveles de 2019; los precios se ajustarán, pero no se desplomarán ni mucho menos; y el mercado hipotecario se desacelerará hasta en un 10 %. No obstante, tenemos que pensar que las cifras al alza de 2022 han marcado hitos no vistos en década y media. Así que una ligera estabilización del sector no es inherentemente una mala noticia. Solo el tiempo dictaminará si estas predicciones son ciertas.